Oriundo de Junín, Mendoza, actualmente se desempeña como gerente de Enología de Bodega Puntí Ferrer, ubicada en Requínoa, a unos 100 kilómetros al Sur de Santiago. Desde hace seis años, David Funes se hizo un lugar en la competitiva industria chilena, obteniendo importantes resultados con sus vinos.
David Funes, más conocido en Mendoza como el “Pelado”, se ganó el respeto dentro de la industria, tras llevar adelante el proyecto de Bodega SinFin junto a la familia Caselles.
Destacado por la calidad de los vinos que elabora, siempre tuvo un espíritu innovador y un amor especial por las burbujas. Luego de varios años, en el 2017 emprendió otros rumbos, a través de asesorías enológícas, que lo terminaron llevando a Puntí Ferrer, bodega donde actualmente se desempeña, alcanzando importantes reconocimientos, tanto en Chile como en el resto del mundo.
De paso por Mendoza, aprovechamos la visita de David para concretar un encuentro y dialogar sobre su presente en Chile, sus proyectos y su visión de la industria en este país que lo recibió con los brazos abiertos y le permitió hacer lo que más le gusta.
-David, parece mentira, pero ya hace seis años que estás en Chile. ¿Cómo fue tu llegada?
-Así es. Surgió la posibilidad de irme y la verdad que me fue muy bien. Después de trabajar en SinFin me dediqué a asesorar, tenía tres proyectos pequeños a mi cargo, uno de capitales chilenos. Me ofrecieron irme y así fue. Siempre recuerdo cuando crucé por primera vez el paso para irme definitivamente. Iba muy nervioso y me perdí en Santiago (risas). Me había quedado sin batería en el GPS y llegué a las 12 de la noche. Toda esa intensidad con la que llegué, después se vio reflejada en las ganas de cambiar y hace cosas nuevas. Si bien la tierra tira, estoy muy bien. Además sigo con algunos asesoramientos en Argentina. Ahora estoy viniendo un poco más por algunos proyectos en Mendoza.
-Se te ve muy bien y además has tenido mucha libertad para hacer tu trabajo…
-Estos años han sido de mucho crecimiento y muchos cambios, comenzando por los vinos que elaboro y sus diferentes estilos. Pero siempre fiel mis principios, apuntando a la innovación y creando productos nuevos.
-¿Fue difícil el cambio, de elaborar vinos en Mendoza a la adaptación a la vitivinicultura chilena? ¿Cómo fue esa transición?
-Un poco raro al principio, primero por acostumbrarme a una cultura y tiempos diferentes. Enológicamente quizás uno puede tener los conceptos claros y la experiencia, pero todo cambia. Por ejemplo, los Cabernets en Chile son mucho más estructurados, con más carga piracínica, por lo cual tuve que aprender mucho y conocer realidades diferentes.
Funes se desempeña como enólogo principal en Puntí Ferrer.
-Por eso también me dediqué a hacer Malbec en Chile. Soy uno de los pocos argentinos que hace Malbec y que se fracciona como tal. Nunca dejé de hacer las cosas que me gustan, pero siempre renovando y actualizando ideas. Ahora estoy haciendo gin, vodka y un montón de cosas que me alimentan el espíritu y el alma.
-¿Tuviste que especializarte en la elaboración de Cabernet Sauvignon, o bien otras cepas como la Carménere, que es la cepa bandera chilena?
-Eso fue muy bueno, porque aprender de una variedad nueva, es algo muy desafiante. Hay muy buenos colegas en Chile, siempre dispuestos a ayudar, pero en muchos casos tuve que aprender algo que no sabía cómo me iba a salir. Lo mismo me pasó con la uva País, fue algo muy desafiante. Por suerte los resultados hablan por sí solos, nuestros espumantes elaborados con uva País ya han salido tres años como los “mejores espumantes de Chile”. Es algo muy lindo y que me llena de alegría y me hace no extrañar tanto. Todos estos desafíos me hacen crecer y ser lo que hoy he construido en Chile.
-Contanos sobre la bodega. ¿Cómo es Puntí Ferrer?
-Es una bodega de casi 10 millones de litros que exportamos a todo el mundo. Nuestros principales clientes son China, Japón, Alemania, Tailandia, Brasil. Estamos presentes en muchos países y además tenemos tres bodegas satélites con las cuales movemos tres veces el volumen de la bodega central. Podemos llegar a mover un volumen de 40 o 50 millones de litros. Tenemos todo tipo de líneas, desde vinos entry level hasta los grandes reservas, incluidos espumantes. Estoy a full permanente.
David Funes, de Junin, Mendoza, al Valle de Cachaopal, en Chile.
-Si tenés que destacar un vino de Puntí Ferrer, algo que te guste mucho, qué nos recomendarías….
-Me gusta mucho la línea Conforme, el Cabernet Sauvignon 2018, por ejemplo, tiene un 20 % fermentado en barrica, una idea que comencé y me apoyaron mucho. Conforme Carmenere también. Es un vino que salió premiado en el concurso Carmenere al mundo.
«La vitivinicultura en Chile pasó de ser muy tradicional a ser algo más versátil».
-También me gusta destacar la línea de espumantes. Las burbujas tienen esa magia que alegra y el desafío de la segunda fermentación no deja de ser algo apasionante y que hay que estar muy encima. Ahora estamos desarrollando un Chardonnay de una zona muy puntual, 100 % del Valle Cachapoal. Un espumante método champenoise que lo vamos a degollar recién el año que viene.
-¿Cuál es tu visión del vino chileno, ahora que sos un protagonista en su industria?
-Pienso que la vitivinicultura en Chile pasó de ser muy tradicional a ser algo más versátil. Chile tiene ventajas que no tenemos en Argentina, como poder exportar tranquilamente a todo el mundo y manejarse sin tantos impuestos. En los últimos tiempos la vitivinicultura se ha enfocado mucho en la zona sur, una región ha mejorado mucho. Siempre se hablaba de Casablanca o Leyda, ahora nosotros como Valle de Cachapoal estamos muy bien posicionados y hacia el Sur también está cambiando y creciendo mucho la vitivinicultura chilena. Hay una concepción de cambios a nivel enológico y eso es muy bueno.
-¿Podríamos en un futuro trabajar como región, Argentina y Chile en conjunto? Por ejemplo en materia comercial. Desde algunas partes del mundo nos ven como una sola región a Sudamérica…
-Si pasara eso sería algo muy positivo. Lo que tenemos de malo en Sudamérica es que somos muy desunidos y no apuntamos en una misma dirección. Diferente a Europa que tienen un lineamiento y una proyección clara en muchos temas. Seríamos muy fuertes si eso sucediera.
-Te hemos visto viajar mucho con Puntí Ferrer y recibir muchos premios …
-Apenas llegué a la bodega me tocó viajar a China, donde estuve un buen tiempo. Después me tocó recorrer Brasil, Perú, Estados Unidos, Japón. Luego vino la pandemia y tuvimos que parar, pero ahora estamos retomando las giras. También estoy viniendo más a Argentina para continuar con algunas cosas que también me hacen feliz acá.
-Cuáles son los desafíos que se vienen…
-En Puntí Ferrer estamos desarrollando nuevos productos. Estoy diseñando unos blends en tinajas muy interesantes. También un Sauvignon Blanc que es una locura. Lo hemos fermentado en barrica, otra parte en tinajas y otra en inoxidable. Toda la cultura del hombre en un mismo vino. Ahora lo vamos a fraccior, es un vino no clarificado, bajo anhídrido sulfuros. Ya lo hemos presentado en algunos concursos y nos ha ido excelente. También estoy haciendo un Malbec en tinajas que es muy interesante.
Funes siempre se caracterizó por su espíritu inovador.
-A propósito de Malbec, ¿Cuál es su realidad en Chile?
-El Malbec ha crecido mucho en Chile, le gusta mucho al consumidor de allá. Si bien no hay mucho en volumen hay mucho consumo. Los Malbecs que estamos haciendo los traigo de una zona de suelos más franco arcillosos y limosos, una zona pegada a la cordillera que yo le digo Alto Cachapoal. Allí tienen una densidad muy rica, un volumen muy intenso y equilibrado. Me hace acordar al Malbec de Barrancas o a algunos de Lujan de Cuyo.
-¿Cómo ves al consumidor chileno, ya que siempre se habló del modelo chileno como exportador y con bajo consumo interno. Cuál es la realidad actualmente?
-El consumidor ha crecido mucho y es muy desafiante. Cada vez sabe más y hay mucho más difusión de la industria. Eso ha crecido mucho. También la gastronomía y el desarrollo de la cocina gourmet acompaña mucho. El concepto de maridaje y las degustaciones también. Lo bueno que el consumidor chileno ahora va a los grandes supermercados y se encuentran con sommeliers en las góndolas que hacen recomendaciones y sugerencias. Se pueden encontrar espumantes permanentemente frescos y también vinos blancos.
«Nuestros espumantes de uva País ya han salido tres años como los Mejores de Chile”.
-Hay un cambio generacional, los jóvenes son mucho más exigentes en cuanto a los niveles de vino. Antes se consumía mucho Sauvignon Blanc y Cabernet Sauvignon, y ahora los jóvenes quieren probar de todo.
-Sabemos de tu gusto por la gastronomía y no te voy a preguntar si extrañas el asado, porque te vemos cocinando cosas muy ricas en Chile…
La gastronomía siempre está firme en mi vida. Cocino mucho, todo lo que puedo. Me gusta la cocina gourmet y por supuesto que la carne argentina se extraña, pero trato de hacer siempre algo allá. Y lo mejor que ahora me acompaña mi hija, algo que me alienta y me llena el alma.