Este 11 de abril, en la fiesta más federal del vino, vinotecas de todo el país abrirán sus puertas con propuestas especiales en el marco de una jornada que busca revalorizar nuestra cepa insignia y anticipa el Día Internacional del Malbec, que se conmemora el 17 del corriente mes.
El próximo jueves 11 de abril, entre las 20 y las 00 horas, las copas se alzan al unísono en todo el país para celebrar una nueva edición de La Noche de las Vinotecas, un evento que ya se convirtió en un clásico en el calendario del vino argentino. La propuesta, organizada por la Cámara Argentina de Vinotecas y Afines (CAVA) y con el apoyo de COVIAR y el Fondo Vitivinícola, reúne a comercios especializados de distintas provincias en una jornada llena de celebración.
Con degustaciones, habrá descuentos de hasta el 50 % en etiquetas seleccionadas, presentaciones musicales, maridajes con cocina local, charlas, sorteos, experiencias que combinan vino, gastronomía y cultura y hasta catas a ciegas. En la web oficial www.lanochedelasvinotecas.com.ar, los visitantes pueden consultar el mapa interactivo para armar su recorrido personalizado y vivir una noche a puro Malbec en distintas ciudades del país.
Más de doce provincias ya confirmaron su participación, con vinotecas de Mendoza, San Juan, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Santa Fe, Neuquén, Misiones, Formosa, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y muchas más, que se siguen sumando a esta cruzada malbequera.
Una historia con raíz francesa y corazón mendocino
Cuentan que una vez, en tierras lejanas, un hombre que debió exiliarse debido al golpe de Estado de Napoleón III, cruzó el océano con un tesoro entre sus manos, algo muy valioso: el conocimiento y la pasión por la tierra. Ese hombre se llamaba Michel Aimé Pouget (1821-1875), un agrónomo francés con fama de bromista y hechicero que, sin saberlo, estaba por cambiar el destino de nuestro país dándole una identidad única.
En sus comienzos Pouget se radicó en Chile, estuvo al frente de la Quinta Normal, y en haciendas particulares de Viluco y Peñaflor, dedicado a la incorporación de nuevas especias y variedades a la producción rural chilena. Posteriormente, cuando corría el año 1853, en Mendoza, tierra de montañas imponentes y suelos pedregosos, el gobierno soñaba con revolucionar su agricultura y convertirla en una industria pujante, por lo que Pouget recibió la invitación de liderar un proyecto audaz: la fundación de la Quinta Normal de Agricultura, un espacio donde las técnicas europeas y la riqueza del suelo argentino se unirían en una danza de innovación y crecimiento.
Con la mirada firme y el corazón aventurero, Pouget siguiendo el modelo de Francia y Chile, se propuso incorporar nuevas variedades de cepas, como medio para mejorar la industria vitivinícola nacional. Esta iniciativa fue acogida por el gobernador de Mendoza, Pedro Pascual Segura, y su ministro de gobierno, Vicente Gil. De esta forma, Pouget logró traer semillas de Europa, tanto por Chile como por el Litoral, y en uno de esos viajes consiguió hacerse de varias cepas francesas, entre ellas, una en particular guardaba un destino grandioso: el Malbec.
Aquella variedad francesa, encontró en los suelos mendocinos su verdadero hogar. Sus raíces se hundieron en la tierra árida, sus hojas se abrieron al sol intenso de los Andes, y sus frutos comenzaron a absorber la esencia de su nuevo terruño. No fue un camino fácil, como todo pionero, Pouget enfrentó críticas y desafíos. Le dieron un terreno difícil, sin nivelar, con escasez de agua y sin condiciones ideales, pero su determinación y amor por la tierra fueron más fuertes.
Con paciencia y dedicación, cultivó, experimentó y enseñó. Aquel 17 de abril de 1853, cuando el proyecto de la Quinta Normal y la Escuela de Agricultura fue presentado ante la Legislatura Provincial, no fue solo un acto administrativo, fue el inicio de una historia de éxito, una semilla plantada en el suelo y en la identidad argentina.
El Malbec creció, se expandió y floreció, hasta convertirse en el emblema de la vitivinicultura nacional.
Con los años, el Malbec creció, se expandió y floreció, hasta convertirse en el emblema de la vitivinicultura nacional. Sus vinos conquistaron paladares y recorrieron el mundo, llevando consigo la esencia y el legado de aquel hombre que, con sus manos y su conocimiento, hizo posible esta historia. Muchos años después, fue la ley Nº 26.870, sancionada y promulgada en julio del 2013, la que declara al vino argentino como bebida nacional. En la misma se establece que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, es el organismo encargado de impulsar las actividades y promover la elaboración y ejecución del plan vitivinícola, junto con el desarrollo de las actividades económicas regionales en torno al vino, difundiendo sus características culturales y asegurando la presencia del vino argentino en los eventos oficiales del cuerpo diplomático y consular.
Hoy, cada copa de Malbec que se alza en un brindis es un homenaje a ese viaje, a ese sueño convertido en realidad. Porque el Malbec no solo es una uva, ni un vino: es la historia de una tierra, de un pueblo y de una pasión que sigue viva en cada racimo madurado bajo el cielo argentino
¿Te gusta el vino? Esta noche es para vos.
Sumate este viernes 11 de abril, elegí tu vinoteca más cercana, descorchá un Malbec y brindá por lo que nos une: el vino argentino. Con el hashtag #lanochedelasvinotecas, las redes sociales también serán parte clave de la campaña, compartiendo contenido, transmisiones en vivo y testimonios desde cada rincón del país.
Por Melody Grimolizzi*. Periodista. Colaboración especial para El Descorche Diario.





