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  • Vacaciones en La Falda, Córdoba
  • 6 mayo, 2019

Se puede vivir de otra manera

La Falda, ese mágico paraje que maravilla y reconforta: sierras y senderos verdes; calles limpias y elegantes; espejos de agua y rincones que guardan recuerdos de un pasado plasmado de historias, misterios y leyendas. La Falda, la ciudad con gente que sonríe y te mira a los ojos con calidez.

Al terminar el año, con más dudas que certezas, partimos hacia La Falda, Córdoba. Se trató de un viaje familiar donde el objetivo era el reencuentro y compartir una rutina que nos fue negada por los vaivenes de la cotidianeidad y la vida misma.

Sabíamos del renombre y la fama de esta pequeña ciudad pero nos fuimos sin expectativas, ni grandes ilusiones. Todavía resuena en nuestro imaginario montañés aquello de, “vacaciones sin mar no son vacaciones”.

Grande fue nuestra sorpresa al descubrir esta localidad que nos enamoró (aunque suene trillado), fue así: ¡nos cautivó! Abrazada por cerros y colinas verdes y un paisaje deslumbrante, donde se respira un sano equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

La iglesia Santísimo Sacramento, monumento histórico de la ciudad.

Caminamos por sus calles con la tranquilidad de quien transita lo conocido, lo bueno, lo lindo. Nos sorprendió ver casas libres, abiertas, hermosas; sin murallas, sin rejas, ni cerco eléctrico y toda la parafernalia antirrobo a la que se nos acostumbraron los ojos. Y qué les digo del día que descubrimos que aún guardan la costumbre de dejar cosas en las puertas de las viviendas o de los negocios y que nadie toca nada. “Acá es así”, nos dijo René, dueño de un complejo de cabañas, con toda naturalidad y una sonrisa.

Pintorescos cafés y una variada y razonable oferta gastronómica pueblan la zona céntrica donde también se viven la música, el arte y la tradición.

Cada día hay algo para hacer: turismo aventura (con diversas propuestas de trekking, cabalgatas, rafting, parapente); diques, cascadas y espejos de agua donde está permitido bañarse y acampar; recitales al aire libre sin costos donde reina la alegría de compartir.

Vista panorámica desde lo alto de La Falda.

Coloridos locales comerciales, de artesanías y simpáticas tiendas “gourmet” con los tradicionales salamines cordobeses, quesos, aceitunas y alfajores regionales alegran los sentidos de sus habitantes y turistas.

Ubicada estratégicamente sobre la impecable y sinuosa Ruta 38 permite recorrer los lugares cercanos que también se caracterizan por su belleza, tranquilidad y una variada oferta de servicios. Es así que conocimos Villa Giardino, La Cumbre, Los Cocos, Capilla del Monte, el mítico Cosquín y no podíamos venirnos sin pasar por la agitada y ruidosa ciudad de Carlos Paz.

El famoso hotel Edén ofrece pintorescas visitas nocturnas.

Algo en nosotros se movió y nos permitió un disfrute pleno, en comunión con el entorno y los seres queridos. Algo en nosotros cambió esta villa de más de 30 mil habitantes, nos amplió la mirada a otra forma de vida: una más auténtica, pacífica y a un ritmo fluido y armónico entre el paisaje y su gente.

La Falda nos demostró que se puede vivir de otra manera y como por arte de magia todos coincidimos en la interrogación, ¿“y si vivimos acá”?

Y por qué no, si al fin y al cabo, las vacaciones hacen esto; cambiarte el foco de atención para conocer lugares, personas y estilos de vida. Y en el Valle de Punilla, hay una ciudad que nos conquistó y nos demostró que hay gente que vive en paz y es feliz.

El Edén, un hotel con historia

El histórico hotel ícono de La Falda es una visita obligada para los turistas. El famoso Hotel Edén se construyó a fines del siglo XIX y es una parte fundamental del impulso y crecimiento que tuvo la región.

La historia de este hotel, actualmente un museo, es rica en leyendas e historias. Ofrece visitas nocturnas y diurnas además de otras recreativas.

Datos para tener en cuenta

La Falda se encuentra ubicada en el Valle de Punilla, a 70 kilómetros al NO de Córdoba Capital y a 780 de Buenos Aires. El Camino del Cuadrado, además de ofrecer unas vistas magníficas al valle y las sierras, ofrece la posibilidad de conectarse con el Aeropuerto Internacional Pajas Blancas, a tan solo 40 minutos.

 

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