El empresario argentino dialogó con El Descorche Diario durante la Annual Tasting & Masterclass del Grupo Alejandro Bulgheroni Family Vineyards. En un encuentro que reunió vinos de Argentina, Uruguay, Italia y Australia en el Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires, Alejandro Bulgheroni habló sobre el presente del vino, su nuevo proyecto Viña Artesano en Mendoza, la experiencia de Otronia en Chubut y el escenario económico del país.
Durante la Annual Tasting & Masterclass del Grupo Alejandro Bulgheroni Family Vineyards, realizada en el Palacio Duhau, Park Hyatt Buenos Aires, se vivió una jornada que combinó elegancia, diversidad y una visión global del vino. Allí se presentaron etiquetas procedentes de las bodegas del grupo en Argentina, Uruguay, Italia y Australia, y se dio a conocer oficialmente la nueva bodega mendocina Viña Artesano, con vinos provenientes de Agrelo y del Valle de Uco.
Con 15 bodegas en distintas partes del mundo, de las cuales tres se ubican en Argentina, el empresario petrolero Alejandro Bulgheroni avanza con una nueva inversión en Mendoza: su segunda bodega en la provincia, destinada a la elaboración de vinos premium y ultrapremium en Luján de Cuyo.
El grupo Bulgheroni Family Vineyards, que el empresario conduce junto a sus hijos Alejandro y Diego, dio el paso inicial con el lanzamiento de las primeras líneas de Viña Artesano, el nombre de la futura bodega que el grupo proyecta en Alto Agrelo.
En ese contexto, El Descorche Diario formó parte de los pocos medios que dialogaron de manera exclusiva con Alejandro Bulgheroni, quien habló sin evasivas sobre el rumbo económico del país, los desafíos de la vitivinicultura y la pasión que lo une tanto al petróleo como al vino.
—Ingeniero, ¿cómo ve hoy el desarrollo del vino argentino en comparación con otros países donde invierte?
—Estamos mejorando continuamente. Se sigue el mismo proceso que en otros países: buscar terroirs específicos, desarrollarlos y hacer una viticultura más sectorial. Creo que nos hemos acercado mucho a los estándares internacionales. El principal problema que siempre tuvimos fue el tipo de cambio, pero creo que ahora va a andar bien.
—¿Cómo enfrenta su grupo la caída del consumo mundial de vino?
—Produciendo vinos mejores, de más calidad.
Bulgheroni Family Vineyards cuenta con quince establecimientos vitivinícolas en el mundo.
—Acaban de lanzar Viña Artesano, una bodega de alta gama. ¿Ese es el camino hoy para el negocio del vino?
—Sí, sin duda. El negocio está en los vinos premium y también en la hospitality junto con los vinos. Queremos que este proyecto crezca y que se desarrolle y encontrar nuestro lugar en ese crecimiento.
—¿Cómo ve hoy al Malbec argentino?
—Creo que el Malbec puede seguir creciendo. Tenemos incluso un Malbec de Otronia que es distinto, pero se nota la uva. Tiene mucho para dar todavía.
—¿Por qué cree que ha bajado el consumo de vino, especialmente entre los jóvenes?
—Tal vez los más jóvenes toman menos vino. Además, el precio del vino no está al nivel de una cerveza; es más fácil tomar una cerveza o una Coca-Cola con Fernet.
Alejandro Bulgheroni continúa ampliando su legado en el mundo del vino.
—¿El acercamiento reciente del gobierno argentino a Estados Unidos puede ser una oportunidad para exportar vino?
—Sí, seguro. Hay otros países que van a tener tarifas más altas, y nosotros podríamos mantener tarifas bajas.
—¿Hasta dónde llega su proyecto personal y empresarial en el mundo del vino?
—Yo hago cosas que me gustan. Siempre sigo lo que me enseñó Alberto Antonini: si tenemos un buen terroir y buenas uvas, vamos a producir buenos vinos. Si no, por más dinero que se invierta, no se logra. Eso es lo que yo he seguido adelante.
—¿Qué lugar ocupa el vino entre sus negocios?
—Tiene una posición muy distinta. A mí me encanta el petróleo… pero el petróleo no se puede tomar, por eso tengo vino (risas).
«La caída del consumo mundial se enfrenta produciendo vinos mejores y de más calidad».
—Ya que lo menciona, ¿cómo ve el desarrollo energético y las inversiones en Argentina?
—Muy buenas. Tenemos una roca excelente, incluso mejor que el Permian de Estados Unidos. Aún no la tenemos completamente dominada, pero estamos conociéndola más y tenemos potencial para producir mucho más.
—¿Qué se necesita para que ese potencial se traduzca en crecimiento real?
—Confianza. Son inversiones de muy largo plazo, como el vino. Se necesita seguridad para invertir: que no cambien los impuestos o el tipo de cambio todo el tiempo. Así no se puede trabajar.
El empresario dialogó con la prensa mendocina durante la Annual Tasting & Masterclass del Grupo.
—Recibió uno de los premios más importantes del mundo del vino. ¿Qué significa para usted ese reconocimiento?
—Me siento muy bien. Ha sido un trayecto no tan largo, pero muy intenso. Tuve la suerte de aprender de grandes maestros y dedicarle tiempo para entender el vino.
—¿Qué le enseñó más el vino?
—Que todo parte del terroir. Si el lugar es bueno, las uvas son buenas, y el vino también lo será. Si no, por más inversión que haya, no se logra un gran vino.
—¿Qué lo inspiró a desarrollar Otronia, la bodega más austral del mundo?
—Fue un proyecto con sentido social. El gobierno de Chubut nos invitaba hace años a invertir en Sarmiento. Pensé que el vino podía ofrecer oportunidades a los jóvenes y mujeres del lugar, especialmente en verano, dándoles trabajo y autoestima. Además de lo económico, era un aporte cultural.
Bulgheroni junto al periodista Gustavo Flores Bazán, durante el encuentro realizado en Buenos Aires.
—¿Qué espera hoy de las políticas económicas del país?
—Hay distintos niveles de inversión. Si uno invierte 5 millones de dólares, puede asumir riesgo. Pero si la inversión es de miles de millones, se necesita otro compromiso del país. El RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) ayuda, aunque lo veo demasiado burocrático.
—¿Cómo imagina el futuro de las inversiones?
—Soy optimista. Creo que la Argentina va a tender a ordenarse. Lo que necesitamos es seriedad y previsibilidad. Si eso ocurre, las inversiones van a venir naturalmente.





