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Tren eléctrico-solar para las visitas a la bodega Torres, en Penedès.
  • Especial
  • 8 julio, 2020

Energías renovables: un camino de ida en la industria vitivinícola

En la vitivinicultura, el consumo energético está presente en toda su cadena de producción: en las viñas durante el proceso de recolección y transporte; en las bodegas, durante el proceso de elaboración y envasado; y en la distribución a consumidores.

El uso de energías renovables, y en particular la energía solar fotovoltaica, es una de las alternativas más eficaces para reducir costos, y emisiones de CO2 y otros gases contaminantes en la industria vitivinícola. Estas pueden suponer un ahorro energético entre el 10 % y el 30 %, dependiendo del tamaño de la bodega, y una reducción de emisiones de CO2 entre el 20 % y el 30 %.

En el mundo se utiliza también la biomasa como fuente de energía renovable. La biomasa no solo es susceptible de ser utilizada para combustión en caldera, sino también en procesos de pirólisis y gasificación para la obtención de combustibles adecuados para cogeneración de energía.

La producción de frío a diferentes niveles de temperatura también es posible mediante equipos de refrigeración con activación térmica. A diferencia de las enfriadoras de agua convencionales, el consumo de energía eléctrica es muy bajo.

Caldera de biomasa. Cavas Vilarnau, en la Región del Penedés.

También puede generarse simultáneamente calor y frío con bombas de calor basadas en el CO2 como fluido de trabajo. En este caso con un solo equipo es posible reemplazar una caldera y una enfriadora, con los consiguientes ahorros en combustible.

En el sector vitivinícola, como en otras industrias, el uso de tecnologías basadas en energías renovables, es una alternativa ante el cambio climático y una respuesta a mercados cada vez más exigentes al respecto.

Entre algunas de las estrategias que se vienen utilizando y desarrollando con relación a las energías renovables, se encuentran las siguientes:

– Utilización de paneles fotovoltaicos para abastecer de energía a la bodega.

– Empleo de paneles termosolares para suministro de calor en las tareas de embotellado y limpieza de barricas e instalaciones.

Bodega Torres. Región del Penedés. Se redujo la huella de carbono un 55% desde el 2008.

– Utilización de algunos de los productos vegetales del viñedo y la bodega como biocombustible en las calderas.

Reutilización de las aguas empleadas en bodega mediante depuradoras biológicas, haciendo un ciclo completo en el uso eficiente del agua.

Reducción del empleo de equipos de climatización, excavando y construyendo bajo tierra zonas de crianza y guarda, dormitorios de botellas, entre otros; aprovechando el aislamiento natural y la constancia térmica.

– Utilización de filtros de algas para reducir la emisión de CO2 en el proceso de fermentación.

Jardines en bodega Torres.

Casos emblemáticos

Ahora veamos algunos casos emblemáticos en diversas partes del mundo. En la principal bodega de la Familia Torres, en Pacs del Penedès, el 30% de la energía consumida ya procede de fuentes renovables, un hecho que ha contribuido de manera significativa a la reducción de la huella de carbono, que en estos momentos se sitúa en el 10%.

Las instalaciones de energías renovables en la bodega de Pacs del Penedès consisten en 12.000 m2 de paneles fotovoltaicos, paneles solares para producir agua caliente y una caldera de biomasa que se alimenta de sarmientos y cepas viejas, orujos y raspones y aprovechamiento forestal.

Viñedos de la familia Torres.

Además, utiliza un tren eléctrico-solar para las visitas turísticas, el primero de estas características utilizado por una bodega en España.

La firma Cavas Vilarnau (Barcelona), dispone de una caldera de biomasa de 130 kW capaz de cubrir el 80% de la demanda térmica. Se utilizan los restos orgánicos de la poda del viñedo como fuente de energía renovable. Esta tecnología permitió eliminar el consumo de combustibles fósiles (25.000 litros al año de gasoil).

Para la obtención de la biomasa, Vilarnau emplea máquinas que cortan los sarmientos sobrantes del viñedo, los trituran y depositan en silos. El resultado es la obtención de energía calorífica sostenible y libre de humos que sirve para los circuitos de agua destinados a la esterilización de materiales y líneas de embotellado, limpieza de filtros, barricas o estabilizadores de los vinos base, así como los circuitos de calefacción de las instalaciones de la bodega.

Control de riego en Vilarnau.

Cades Penedès (Barcelona) es una empresa que nació en el año 1972, de la unión de cuatro pequeñas alcoholeras y dos importantes productores de vino. Genera 500 kW de potencia eléctrica en un motor de ciclo Otto, con biogás procedente de un equipo de digestión anaerobia utilizando materia orgánica residual del proceso productivo.

En Mendoza, Bodega Trivento, para gestionar la energía que utilizó durante 2018, instaló un sistema online de seguimiento de consumos eléctricos. Conectó medidores de energía digitales gestionados a través de un software que permite conocer al instante los principales consumos de la planta de Maipú, para confirmar cuales son los mayores consumos y poder tomar medidas en consecuencia.

Producto de este estudio identificó que el principal consumo está en la refrigeración de los tanques durante diversas etapas de la elaboración de los vinos. Se trabajó en su optimización, aislando cañerías claves.

Trivento Argentina es una de las referentes en su política de eficiencia energética.

En la actualidad están trabajando en la implementación de un sistema de limpieza automatizado de tanques y línea de fraccionamiento que permitirá recuperar el calor del vapor utilizado en el proceso, y en la instalación de paneles fotovoltaicos los cuales proveerán el 10% de la potencia consumida por la planta Maipú.

En el 2019, Trivento, en Mendoza, incorporó paneles fotovoltaicos.

En definitiva, se trata de favorecer la reducción de combustibles fósiles, ahorrando miles de litros de agua, minimizar el impacto ambiental y propiciar un desarrollo sostenible a través de buenas prácticas que reduzcan el cambio climático.

El sector vitivinícola, debido a su importancia en la matriz productiva de Mendoza y en la región, debe liderar las acciones del sector productivo a favor del uso racional de la energía y la consecuente reducción de emisiones de CO2.

 

(*) Ingeniero Electromecánico. Especialista en Ingeniería en Calidad. Licenciado en Higiene y Seguridad para el Trabajo. Consultor y asesor. Especial para EL DESCORCHE DIARIO.