Agosto es sinónimo de Bonarda. Es un gran momento —y una buena excusa— para profundizar nuestra experiencia con esta variedad tan noble, clara, prometedora y, principalmente, tan representativa de San Martín y de toda Mendoza. Cinco etiquetas diversas que muestran la riqueza de la segunda variedad tinta de Argentina.
Una de las claves para comprender y apreciar cada una de las virtudes de los vinos Bonarda es empezar a reconocer las diferencias sensoriales que pueden ofrecernos las distintas zonas de origen del viñedo y las condiciones del terroir: ese conjunto de factores que determinan la identidad de la uva, su carácter y estilo.
Tuve la suerte de estar en la presentación de la Semana del Bonarda 2025, y por supuesto, aproveché para seguir degustando etiquetas y disfrutar de nuevos perfiles.
A continuación, comparto con ustedes una selección personal de cinco vinos que probé y que recomiendo especialmente para quienes quieran descubrir (o redescubrir) la riqueza de esta cepa tan nuestra.
1. Que sea Sangre Bonarda 2024 – El Sueño Vineyard, Horacio Graffigna.
Este vino proviene de Chapanay, un distrito del este de San Martín con una expresión muy especial. Me atrapó desde el primer momento por su intensidad aromática: una combinación deliciosa de frutas rojas y negras maduras, con notas florales que le suman complejidad y frescura.
En boca es amable, de taninos firmes pero bien integrados, con una textura envolvente y una intensidad que le da carácter y profundidad. Es un Bonarda que expresa muy bien el potencial del terroir de Chapanay, con identidad y elegancia.
2. Famiglia Cartellone Bonarda Reserva 2022 – Alfredo Cartellone
Elaborado con uvas de Montecaseros, también en San Martín, este vino se presenta con una frescura encantadora. Aromáticamente ofrece una linda armonía entre frutas rojas y negras, suaves notas florales y sutiles dejos especiados.
En boca tiene una entrada jugosa y sedosa, muy sabrosa, con taninos suaves y una acidez equilibrada que lo hace muy placentero de beber. Tiene una impronta clásica y moderna a la vez, que lo vuelve sumamente versátil para acompañar comidas o simplemente para disfrutar solo.
3. Charbono 2022 – Proyecto Las Compuertas, Bodega Durigutti
Este vino, elaborado con Bonarda bajo el nombre tradicional de “Charbono”, viene del proyecto que los hermanos Durigutti desarrollan en Las Compuertas, Luján de Cuyo. Su perfil aromático es sumamente interesante: flores, frutas rojas frescas y un dejo herbal que le aporta frescura.
Lo que más me gustó fue su boca, donde destacan los taninos suaves, una madurez justa y una persistencia gustativa que lo hace largo y disfrutable. Es un Bonarda con mucha fineza, de expresión contenida pero muy precisa. Una versión que demuestra que esta cepa puede dar vinos de gran sutileza y elegancia.
4. Colonia Las Liebres Bonarda 2023 – Bodega Alto Las Hormigas
Un clásico joven de la Bonarda, esta etiqueta se renueva cada año con el sello de vitalidad de Alto Las Hormigas. Proveniente también de Luján de Cuyo, su perfil es frutal, expresivo y muy ágil de beber.
En nariz sobresalen frutas frescas, moras, cerezas, algo de ciruela y un leve fondo floral. En boca es pura energía: refrescante, sedoso, liviano y sabroso. Es un vino que enamora por su autenticidad y sencillez bien lograda. Ideal para compartir con amigos o para servir fresco en una tarde de verano.
5. Dandelion Natural Bonarda – Organic Wines Montlaiz
Este Bonarda natural y orgánico proviene de Alto Salvador, también en San Martín. Me llamó la atención su nariz: intensa, perfumada, con frutas rojas como frutillas y guindas, acompañadas de un sutil toque floral que lo hace envolvente y seductor.
En boca es suave, de taninos dulces y redondos, con una acidez natural que le da vivacidad y un final refrescante. La vinificación natural le aporta un carácter muy particular, sin perder limpieza ni precisión. Una expresión moderna, muy amigable y auténtica del Bonarda.
Invito a todos los que aman el vino argentino a seguir explorando la diversidad que nos ofrece el Bonarda. Es una variedad que aún tiene mucho para dar, y que desde Mendoza —especialmente desde San Martín— sigue escribiendo su historia con cada vendimia.
Salud por el Bonarda argentino! Luis Mantegini, sommelier.

 
						                        						                          
                                        






