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Sergio Casé, gerente de Enología de Bodega Trapiche.
  • Entrevista exclusiva
  • 26 agosto, 2023

Sergio Casé: “En el mundo tenemos una gran ventaja, Messi o Maradona, de ahí arrancamos para presentar un vino”

Gerente de Enología de Bodega Trapiche, Sergio Casé es uno de los referentes indiscutidos del vino argentino. Tiene la responsabilidad del diseño de los vinos de una de las bodegas más importantes del país y viaja por el mundo con una “botella bajo el brazo” en busca de seducir a nuevos consumidores. Su visión de la industria y un charla íntima junto a El Descorche Diario.

Cuarta generación de enólogos, Sergio Casé lleva 24 años en Bodega Trapiche y algo más de una profesión que heredó de su padre y su abuelo. Un camino que estaba predestinado y lo llevó a estudiar Enología en la Facultad de Don Bosco, en Mendoza.

Luego de un largo camino recorrido, Casé es una de las figuras claves en el diseño de los vinos de Trapiche pero también de todo el Grupo Peñaflor. Un profesional que conoce la industria a fondo, pero que también sabe muy bien cómo comunicar el vino argentino en las latitudes más remotas del planeta, donde no solo “vende” las etiquetas de Trapiche sino que se transforma en un verdadero embajador del vino argentino.

-Sergio, sos un verdadero trotamundos y viajás por muchos países representando a Trapiche pero de alguna manera al  país. ¿Cómo ves la actualidad del vino argentino a nivel global?

-Siempre digo que tenemos mucho terreno por seguir ganando. Tenemos que seguir trabajando porque tenemos un nivel de calidad, estilo de vinos y características en las que somos realmente únicos. Tenemos una geografía y climatología tan particular, que hace que tengamos zonas únicas. El resto de los países productores que tienen influencia oceánica, tienen más o menos un mismo estilo de vino. Pero nosotros, al estar muy lejos del Océano Atlántico y tapado por una cordillera que no deja ingresar la humedad del Pacífico, nos convierte en un lugar muy particular.

-En términos de calidad, con los viajes que me ha tocado hacer a lo largo de los años y visitar diferentes países, el vino argentino se hace querer, la gente lo aprecia muchísimo. Muchos se sorprenden de la calidad que tienen los vinos. Y en el caso de una gran bodega como Trapiche, somos líderes en cada uno de los segmentos de precios en diferentes mercados.

«Tenemos la responsabilidad de seguir empujando y promocionando al Malbec».

-Como enólogos, nos toca representar a la bodega y lo hacemos humildemente, con la botella bajo el brazo. Uno se sube a un avión y va a un restaurante, a un meeting o a una vinoteca para mostrar nuestros vinos. Es un trabajo de hormiga que ha generado grandes resultados, como el éxito que hoy tenemos en Estados Unidos, Canadá, Asia. Y en particular en Corea, que es uno de los mercados más espectaculares que tenemos y solamente con Alta Gama. El que tenga la posibilidad de viajar a este país, podrá ver a Trapiche en todas las grandes tiendas de lujo que existen.

-Sin dudas Trapiche es una bodega que siempre está a la vanguardia y haciendo punta en los mercados. ¿Cómo hacés cuando tenés que arrancar una charla con potenciales clientes? ¿Cómo vendés al vino argentino, por dónde empezás?

-La primera punta de lanza es preguntar si saben dónde está Argentina. Me ha tocado estar con gente que no sabe o cree que es lo mismo que Brasil. Algo que me ha sorprendido mucho. Pero cuando uno empieza a explicar y hoy con la tecnología a disposición en un teléfono ayuda mucho para mostrar Mendoza y la Cordillera de los Andes de inmediato. Y obviamente tenemos una gran ventaja que nos relacionan mucho con el fútbol, o es Messi o Maradona, de ahí arrancamos para presentar los vinos y las diferentes líneas del portfolio.

-Al final de la charla viene la parte dura, que es el precio. Ahí viene la otra sorpresa, porque primero se sorprenden por la calidad y luego por el precio. Ven una calidad extraordinaria y a la hora de comparar con vinos del mundo estamos en ventaja. Comparan un Trapiche Iscay con vinos extranjeros y los probamos juntos. Ahí viene la sorpresa.

-¿Qué pasa en esa comparativa? A la hora de evaluar precios estamos muy por debajo de cualquier vino internacional con similares características, por ejemplo…

-Ahí terminamos de conquistar a una persona que nos está empezando a conocer. Por eso digo, ojalá que sigamos creciendo. Porque hay temas reales que tienen que ver con la productividad de los viñedos por ejemplo. El encepado es algo antiguo y hace que tengamos mayor concentración de polifenoles y que tengamos vinos muy ricos a niveles de precios que manejamos. Pero eso es algo que hay que mantener y generar viñedos nuevos para abastecer la base de la pirámide y ser competitivos.

Terroir Series, una de las líneas más prestigiosas de Bodega Trapiche.

-Los vinos de más bajo precio dependen mucho de las condiciones macro económicas y ese es un desafío no solo para Trapiche sino para muchas bodegas que tenemos que renovar y mantener vivo el encepado, que sea productivo y que nos dé un estilo de vinos para poder ganas más mercados.

-Cuáles son los próximos desafíos para el Grupo en este sentido…

-Como grandes desafíos tenemos que continuar con el desarrollo de Grupo Peñaflor en Estados Unidos, donde ahora tenemos una distribución mucho más fuerte y controlada con equipos de trabajo propio. Hemos puesto un muy buen pie en este país y de igual manera lo estamos comenzando a hacer en Europa.

-Y con el valor agregado que ahora Messi triunfa en Estados Unidos…

-Es tremendo lo que tracciona un personaje como Messi con todo lo relacionado con la Argentina. Por supuesto.

-Tenés la responsabilidad del diseño de  los vinos. ¿Qué es lo que hoy pide el consumidor internacional?

-El diseño es mi gran responsabilidad en Bodega Trapiche, pero hay que acordarse de que es una bodega con 140 años de historia. Si bien desde que abrió estuvo en manos de diferentes dueños, siempre ha llevado los productos al mercado y no podemos cambiar un estilo de un día para otro. El consumidor para nosotros es lo más importante.

Casé: «El vino argentino se hace querer, la gente lo aprecia muchísimo».

-Tendencias hay permanentes, pero eso depende todo del mercado. En Estados Unidos gusta la madera y si uno lleva vinos con menos madera te lo hacen saber. En cambio en Europa el consumidor sí prefiere menos madera; por lo cual es un gran desafío. Un mismo corte lo tenemos que hacer con el equilibrio justo cosa que le guste a los americanos y a los europeos a la vez.

-Tremendo desafío…

-Uno lo termina de entender cuando viaja y conoce al consumidor, no si uno está encerrado creyendo que hace el mejor vino y lo echa a la suerte. Nosotros trabajamos muchísimo para el consumidor. Podemos y tenemos las discusiones de siempre con los críticos y los periodistas que califican los vinos, pero lo más importante es que les guste a nuestros consumidores. Y si les gusta a los críticos, mejor.

«Tenemos que continuar con el desarrollo de Grupo Peñaflor en Estados Unidos y de igual manera lo estamos comenzando en Europa».

-Asia por ejemplo es un mercado que está aprendiendo de vinos, a ellos les gusta el Cabernet Sauvignon y lo acompañan con una comida de frutos de mar y picante. Algo que para nosotros no combina para nada. Ahí está nuestro trabajo de mostrarle otras variedades para que puedan acompañar la comida. Por eso nosotros hacemos las cenas maridajes, las famosas winemakers dinners y es ahí donde  muchos empiezan a entender muchas más cosas. Es un trabajo de enseñar todo el tiempo.

-Un enólogo es un docente permanente…

-En Argentina todo el mundo conoce de vinos, de las zonas y te hablan con mucho conocimiento. Hay una cultura muy grande realmente. Pero afuera, somos todos chiquitos.

-A pesar de la fama que para nosotros tiene, al Malbec hay que explicarlo todo el tiempo…,

-Totalmente. El Malbec es nuestra variedad insignia, pero internacionalmente se consume Chardonnay y Cabernet Sauvignon, son los varietales que todo el mundo conoce. Ahí está nuestra responsabilidad, seguir empujando y promocionando al Malbec y tener en claro que hay que luchar con consumidores que están acostumbrados a consumir Cabernet y Chardonnay. ¿Cómo logramos seducirlo para que pasen al Malbec? Es mucho trabajo y promoción.

-En los últimos tiempos se está trabajando muy fuerte con el Cabernet…

-Hacemos unos Cabernets espectaculares. Recordemos que el auge del Malbec arrancó en los últimos 30 años. Pero antiguamente cuando el Malbec no estaba súper eufórico como ahora, los grandes vinos eran a base de Cabernet Sauvignon. Lo hacía mi abuelo y mi padre cuando trabajaban en la bodega. Los grandes vinos eran Cabernet Sauvignon.

Algunas de las exitosas etiquetas de Bodega Trapiche que están bajo el diseño de Sergio Casé.

-Recién ahí empezó el Malbec, que ahora podemos ir viendo su evolución en botella y realmente es un vino bárbaro, espectacular y cada vez vamos conociendo más según los diferentes terruños. Hemos pasado de vinos sobre maduros a más frescos, filosos, minerales. Hemos ido de barricas pequeñas a barriles más grandes, como los fudres, como lo hacían nuestros abuelos hace 60 años atrás.

-Una de las grandes ventajeas del vino argentino es la diversidad. En el caso de Peñaflor cuentan con viñedos desde Salta a Neuquén, en la Patagonia. ¿Cómo ves este aspecto?

-La diversidad es algo tremendo y divino para nosotros. Es lo que hace que nuestro trabajo sea divertido. Imaginate que todas las uvas nos dieran lo mismo, nos convertiríamos en un commodity y solo haríamos vino blanco o tinto. La diversidad nos permite generar distintos estilos de vinos, marcas, comunicación. Conocer los grandes terruños de Argentina para mí es una gran suerte.

«El consumidor para nosotros es lo más importante.

-Los últimos 24 años de mi vida he tenido mucha suerte en Trapiche de poder tener todo ese conocimiento que ido aprendiendo a través de mis grandes maestros, desde mi abuelo, mi viejo y los grandes enólogos que he tenido como jefes, realmente uno empieza entender muchísimas cosas gracias a esa diversidad.

-Y es una suerte para el consumidor también…

-Absolutamente. Tenemos los vinos del Norte, del Valle de Uco y otras regiones que también son muy buenas. Algunos están más o menos de moda, pero tenemos grandes vinos. Siempre lo digo, todo depende del amor que se pone al viñedo y la comunicación que luego se haga. Uno puede hacer un gran vino en la Zona Este también que hoy es el 70 % de la producción de Mendoza. Esa diversidad nos permite disfrutar vinos de diferentes estilos, no hablo de calidad sino de estilos. Lo lindo del consumidor es que siempre está abierto a probar diferentes cosas.

-Después de 24 años en Bodega Trapiche, cómo ves la evolución del consumidor?

-Estoy viendo a un consumidor cada vez más sofisticado y con más conocimiento. El consumidor argentino nos desafía mucho porque sabe de zonas, estilos, suelos. Esto hace que permanentemente desde la enología estemos pensando en cosas nuevas  para seguir cautivándolo. Ya sea con diferentes cosas, cepas no tradicionales, lo que sea y que el consumidor tan curioso siga consumiendo nuestros vinos y acordándose de nuestra marca, que en definitiva de eso se trata también. El consumidor es muy exigente.

«Tenemos la responsabilidad de mantener los grandes vinos históricos, pero también de ofrecer cosas modernas».

-Antes era más fiel, pero eso ya es una vieja historia…

-Sí, pero no porque dejó de ser fiel a la etiqueta sino que ahora tiene mucho más para probar. Antiguamente había 10 marcas y ahora hay una multiplicidad de etiquetas muy buenas. En ese ámbito de curiosidad el consumidor continúa viendo a los grandes pero también hay muchas bodegas pequeñas que están haciendo las cosas muy bien. Hay consumidores para todos, eso es lo lindo. Hay más oferta de marcas y el consumidor es que el define todo.

-En este sentido, la innovación en Trapiche siempre es un norte a seguir…

-Es una constante. Como gran bodega tenemos la responsabilidad de mantener los grandes vinos históricos, pero también de ofrecer cosas modernas, nuevas. Tenemos que ir cautivar a los paladares jóvenes e ir generando el semillero que a futuro va a consumir nuestros grandes vinos. Un joven comienza por los vinos más frescos, minerales, lo que ve en Instagram o en TikTok. Ahí va definiendo su paladar hasta que logra tener su propio gusto. Pero siempre la innovación es muy importante. Es una forma de mantener un semillero de consumidores activos.

-Para cerrar la charla, una pregunta personal. ¿Qué te emociona después de 30 años de profesión?

-Me emociona ver el producto que uno hizo y que alguien lo está disfrutando. Ver un vino en una vinoteca o un restaurante en alguna parte del mundo y ver que la gente lo pide y se lo lleva. Y en el día a día, me emociona mucho hacer el diseño de los cortes. Probar todo el trabajo de un año o más, luego de la crianza, del trabajo de mucha gente y luego verlo expresado en una copa para que el consumidor lo disfrute. Tratar de imaginar desde la uva, después de la fermentación, la maloláctica, la crianza y todo el camino hasta que llega al mercado es una responsabilidad muy grande desde el punto de vista enológico.

Brinds por el vino argentino. Gustavo Flores Bazán (ElDescorche Diario) y Sergio Casé (Bodegass Trapiche).