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La certificación alcanza todos los procesos de la bodega.
  • Medio ambiente
  • 13 agosto, 2019

Finca Sophenia, una bodega sustentable

Ubicada en Gualtallary, en el Valle de Uco, la firma certificó exitosamente el Protocolo de Autoevaluación de Sustentabilidad Vitivinícola de Bodegas de Argentina: El mismo alcanza la viña, la bodega y todas las áreas de la empresa.

“Hace 20 años plantábamos 130 hectáreas de viñedos en una región de Mendoza totalmente virgen que no había sido cultivada durante el último millón de años”, sostiene Roberto Luka, fundador y presidente de Finca Sophenia.

“Nuestro objetivo como Estate Winery es que nuestra actividad continúe desarrollándose sin comprometer este ecosistema absolutamente natural y puro que encontramos, generando el menor impacto posible en la sociedad y siendo económicamente viables”, agrega.

La bodega acaba de lograr la certificación de sustentabilidad integralmente en todos sus procesos de producción y elaboración del vino a partir de la implementación del Protocolo de Autoevaluación de Sustentabilidad Vitivinícola de Bodegas de Argentina, con objetivos orientados principalmente a la optimización y cuidado en el uso del agua que reutiliza para el riego de la viña, energía y separación de residuos en la finca y la bodega.

Roberto Luka, orgulloso de ser parte de Gualtallary.

“Esto nos permite mejorar nuestras acciones y avanzar hacia categorías superiores, con la posibilidad de implementar en el futuro energías alternativas, a través de paneles solares para ahorrar energía eléctrica y gas, mediante energía fotovoltaica y energía solar térmica”, remarca Roberto Luka.

“Como bodega de terruño que somos, la tierra para nosotros tiene un inmenso valor, nuestro compromiso con el medio ambiente y con la comunidad de Tupungato es absoluto. Estamos orgullosos de ser parte de Gualtallary”.

La política y criterios de sustentabilidad de Finca Sophenia se desarrolla a través de un modelo de gestión de triple impacto que promueve el cuidado del medio ambiente, el respeto por las personas y la comunidad de Tupungato, en el Valle de Uco, Mendoza. Incluyendo también a los proveedores, permitiendo evaluarlos en su responsabilidad con el hábitat y el cumplimiento de las leyes laborales.

La bodega a los pies de la Cordillera de los Andes.

“Es el compromiso por parte de todas las personas que integramos la bodega, teniendo la convicción de que una empresa debe generar un impacto positivo en el entorno y en la comunidad en la que habita, asegurando el bienestar de las generaciones futuras. En ello estamos todos orientados desde el Directorio”, concluye Luka.