La vicedirectora de Artes Visuales de la UNCuyo vende obra hecha con Inteligencia Artificial. Lili Fiallo provoca polémica y controversia entre creación genuina y autoría de la imagen. Un debate que recién comienza.
¿Esto es arte? La eterna pregunta vuelve recurrente cada vez que una obra deja perplejo al espectador. Como el Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Malevich (1913); o como Comediante esa banana pegada con cinta adhesiva a la pared, de Cattelan (2019). Ahora el revuelo lo provoca la inteligencia artificial en Conversaciones con IA, la serie de Lili Fiallo que explícitamente declara su técnica.
Hace rato que ya no es dominante la creencia de que el arte debe ser eso que nos aproxima a lo bello, al lugar de la armonía, ni siquiera a la estabilidad. Nos quedó clarísimo con el mingitorio de Marcel Duchamp elevado a esa categoría. Pero en casi todas las definiciones de arte todavía aparece el ser humano, la presencia de la persona capaz de crear obras con el fin de producir emociones.
Y curiosamente si rebuscamos en la etimología de la palabra, arte procede del latín «ars» y es el equivalente al término griego τέχνη téchne de donde proviene ‘técnica’. Es justo ahí en esa bisagra entre la persona y la técnica donde hoy se instala el debate.
Lili Fiallo / Foto Facebook.
En la reciente Feria Aire organizada por el MMAMM, la artista Lili Fiallo participó con cinco colegas en un stand colectivo al que llamaron POV aludiendo al point of view (punto de vista) que acompaña a los memes en TikTok. Esas ironías ofrecen al público una perspectiva inusual sobre lo observado. Ahí, la vicedirectora de Artes Visuales de la UNCuyo puso a la venta una serie de cuadros realizados a base de Inteligencia Artificial (IA).
Siempre dispuesta a experimentar (lo hizo con el art toy) ahora se entusiasmó con programas capaces de traducir palabras en imágenes. “Le pedí a un grupo de artistas de Mendoza de diversas generaciones que me enviaran un texto de WhatsApp donde me dijeran cuál era la obra que más les gustaba de su producción y que me la narraran de forma descriptiva, no de modo conceptual. Porque al programa Dall-e, que es el que uso, hay que ingresarle texto. No tiene ideas por sí solo y eso me pareció fantástico”.
Obra hecha a través de Inteligencia Artificial.
La creación a partir de la palabra es lo que sedujo a Lili obteniendo resultados parecidos a los originales pero con detalles diferentes. Sin embargo en el mismo ambiente de los visuales conviven los detractores de la IA, algunos opinando rotundamente que no es arte y otros moderados pidiendo que se limite su uso.
Desde agosto de 2022, Fiallo fue convocada por la nueva gestión de la UNCuyo para integrar el equipo que dirige Claudia Peralta en la carrera. Era una promesa de campaña reincorporar a los egresados de la Facultad para que aporten experiencia y nuevas miradas a la prestigiosa casa de estudios -algo que está a la vista-. Además de ser licenciada y profesora en Artes Visuales, cursa la Maestría en Arte Latinoamericano en su séptima cohorte.
«El programa Dall-e no tiene ideas por sí solo y eso me pareció fantástico”
En dos oportunidades, 2008 y 2014 se codeó con los polos artísticos más importantes del mundo. Vivió en el corazón de la República Checa, precisamente en Praga y en Estrasburgo, Francia.
ChatGTP el nuevo curador
En el proceso artístico lo primero es una red social: WhatsApp, después un programa de Inteligencia Artificial: Dall-e y finalmente la nueva estrella curatorial: ChatGTP. “Yo le pregunto al chat decime cuál es el concepto de una obra realizada con una mujer que tiene una manzana en la mano, con corset y pelo corto que está ubicada en tal situación y el chat arroja el texto”, explica.
En ese sentido son incontables las profesiones tradicionales que deberán amigarse con las nuevas tecnologías “en este momento incomoda a la educación. Los profes vamos a tener que utilizarlo buscándole la vuelta porque los alumnos pueden generar trabajos bastante elaborados a partir del Chat”.
La aplicación ChatGTP aparece como un nuevo curador.
Una vez obtenidas las imágenes artificiales, la artista las utiliza como bocetos, imprime remeras, stickers, busca la forma de comercializarlas, aunque vale aclarar que no las firma. La aplicación advierte que no se puede lucrar.
“Yo le doy la contra porque funciona con miles de bases de datos de artistas que han sido plagiados. Muchos de ellos están haciendo juicios a las apps porque han utilizado el estilo de su obra para introducirlo en estos buscadores. A mí me aflige que suceda pero desde el momento que yo artista publico mi imagen en la red estoy cediendo muchos derechos. Las corporaciones no lo consideran plagio. Yo opino que sí. Somos plagio”, enfatiza sobre el título de su muestra.
Lili Fiallo fue rechazada del Salón Regional Vendimia de Artes Visuales 2023.
En relación a la autoría de este tipo de arte conceptual es inevitable relacionar lo que dictaminó el año pasado la jurisprudencia francesa en la demanda legal entre Daniel Druet y Maurizio Cattelan, entre quien concibe y quien ejecuta, resolviendo a favor de quien lleva a cabo la obra. Visto así el último en usarla y darle sentido es el autor.
#Dato
Tan cuestionadora como ingeniosa la última obra de Lili Fiallo fue rechazada del Salón Regional Vendimia de Artes Visuales 2023. El cuadro era una crítica a los premios otorgados desde 1970 a la actualidad mostrando un claro desequilibrio entre los ganadores varones y las mujeres premiadas. Este año el jurado seleccionó 68 trabajos que pueden apreciarse en el Espacio Contemporáneo de Arte y volvió a quedar un hombre en el primer lugar, el artista Omar Jury.
Para esta obra usó una base de datos que alimentó con los ganadores que figuraban en los catálogos del Museo Emiliano Guiñazú. El cuadro estadístico que arroja el programa R es una imagen en la que Fiallo invirtió los colores convencionales adjudicándole a los varones el rosa y a las mujeres el celeste.
Fiallo invirtió los colores convencionales adjudicándole a los varones el rosa y a las mujeres el celeste.
“Lo pasé a pintura en un acrílico sobre tela. Cuando consulté por qué había quedado afuera me dijeron que no les había gustado el resultado… Pensé que si exponían la crítica el público se hubiera encontrado con algo controversial. Me quedo con la idea de que no aceptan críticas”.
La originalidad estaba en cómo con una base de datos se puede crear imagen, el público por su parte podía tener acceso a la información fidedigna a través de un link.
«Somos plagio», sticker.
En esta obra Lili trabajó junto a su marido Carlos Catania -Harpo Maxx entre los informáticos. “La mayor parte del arte generativo se centra en producir hermosos patrones utilizando datos aleatorios. Pero en muchos casos, no hay un concepto detrás de las tramas resultantes. Aquí en cambio, tenemos un concepto”, comentan en el texto curatorial que acompañan con una lluvia de signos propios del leguaje de programación.
La artista imprime remeras, stickers y busca la forma de comercializarlos.
Coincidiendo con el crítico colombiano José Roca, tal vez ya no sea el momento de preguntarse por la autoría, por si nos aproxima a la belleza o por su originalidad. Quizás sea el tiempo de responder a ¿qué tan abiertos estamos a estas nuevas manifestaciones del arte?
*Por Silvia Lauriente. Periodista especializada en arte y espectáculos. Especial para El Descorche Diario
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