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Un ritual que devela mutaciones entre lo humano, lo animal y lo que excede al entendimiento.
  • Crítica- Danza contemporánea
  • 30 abril, 2022

Tremenda coreografía de umbrales metafóricos

La siesta del carnero es un manifiesto dancístico de los lenguajes espectaculares. Desnuda, Sol Gorosterrazú descolla en cada rol asumido. Esta noche, a las 21, se podrá apreciar en la Nave Cultural.

El escenario es el altar donde da inicio una ceremonia de comienzo imperceptible. La luz cenital se abre cónica sobre el voile que oculta el cuerpo de la intérprete. Sabemos que ella está ahí envuelta en el respetuoso silencio de la sala. La percibimos celebrando La siesta del carnero. Un ritual que devela mutaciones entre lo humano, lo animal y lo que excede al entendimiento.

Sol Gorosterrazú asume casi todos los roles en esta obra de danza contemporánea que conjuga diversos lenguajes estéticos. Hay momentos puros de danza Butoh, quizá la que más prevalece dejando que el hilo narrativo se desoville lentamente. Pero no por suave, no por calma, menos potente.

El antecedente inmediato es Anagnórisis. Ahí la encontrábamos en dupla con Luisa Ginevro reparando sobre la mujer y su naturaleza. Acá, en cambio, nos situamos ante “un ecosistema de fantasía que atraviesa lo animal, lo monstruoso y lo humano donde lo simbólico, lo femenino y el misterio relatan la trama”, explica la sinopsis, única pista que tenemos.

La exigencia hacia los espectadores levanta la vara. No hay un código verbal que nos guíe en la certeza de lo apreciado. Pero aún confundidos aventuramos la figura de una virgen, una venus de brazos mutilados, la mujer que gesta y amamanta.

Sin embargo la palabra que se escatima durante la función está presente en un poema que la actriz-bailarina escribió para la ocasión. (Ver aparte)

Cada pasaje es acompañado por precisos matices lumínicos.

“Con este trabajo pienso a la danza desde el movimiento de cada elemento que conforma la unidad de la escena, entendiendo a la creación como un lenguaje despojado de géneros que toma los recursos técnicos para el devenir de la ficción”, agrega la coreógrafa sobre la obra que recibió una beca a la creación del Fondo Nacional de las Artes.

La vedette es el movimiento y su ausencia. El vértice que predice el cambio de estado. Ese punto de inflexión que va mutando escena tras escena. Y la partenaire perfecta es la música original creada por Juan Ignacio Olibano. Por momentos llevándonos a una atmósfera experimental, en otros transportándonos a un inframundo tortuoso.

Cada pasaje es acompañado por precisos matices lumínicos de la mano de Jorge Federico, que junto a Carlos Croci y la misma Gorosterrazú trabajaron al detalle en este sostén del espectáculo.

Quedan atesorados en el recuerdo momentos literalmente brillantes que remiten a un carnaval veneciano.

Casi sobre el cierre, después de observarla en pulidos quiebres cual estatua viviente, estalla en rojo la escena salpicando de infierno a los espectadores.

Se necesitan varios minutos de aplauso sostenido para romper con el trance que hemos presenciado.


Génesis poética

“Desde lo alto se ve un desierto con un pequeño árbol/ En el detalle de su sombra un pastor descansa/ Tras sus párpados el misterio de la luz refleja un ojo animal/ Y en su órbita se engendra una tormenta,/ Una tormenta de plancton que desova estrellas./Más atrás y abajo, el abismo es lúgubre/ Lugar donde habitan las manos desterradas que desgarran el velo de la carne/ Para revelar el hipnótico coito entre la Luz incandescente y la Oscuridad cegadora./ Así se engendran las Penumbras…/ Quienes otorgan la excelencia de ver lo que no tiene sustancia/ Y de descifrar lo que no puede ser nombrado…”


Funciones

-Sábado 30 de abril a las 21.

-Nave Cultural. Sala 2. Maza 250, Ciudad de Mendoza.

-Entradas a través de Entradas web:

www.entradaweb.com.ar

Idea, dramaturgia y dirección: Sol Gorosterrazú.
Coreografía e interpretación: Sol Gorosterrazú.
Asistencia de dirección creativa y dramatúrgica: Santiago Borremans.
Música original: Juan Ignacio Olibano.
Diseño y realización de vestuario: Sol Gorosterrazú -Matías Figueroa.
Diseño Lumínico: Sol Gorosterrazú (Dir. Gral.)- Jorge Federico- Santiago-Borremans.
Técnico de iluminación: Jorge Federico.
Realización de luminaria y escenografía: Carlos Croci- -Jorge Federico.
Diseño Gráfico: Sol Gorosterrazú.

 

*Por Silvia Lauriente. Periodista especializada en arte y espectáculos. Especial para El Descorche Diario.

Contacto Ig @criticaenfunción Correo: criticaenfuncion@gmail.com

 

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