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Running, mucho más que un deporte.
  • En primera persona
  • 27 diciembre, 2020

Cuando «correr» se convierte en un refugio seguro

Mucho se habla de calidad de vida e inclusive se ha acuñado el término anglosajón lifestyle para referirse a aspectos de la buena vida. Hoy, quiero contarles acerca de una experiencia donde fui y soy protagonista. Vivencia que hace honor a conceptos claves como salud, bienestar y felicidad.

El grupo deportivo Mujeres que Corren cerró un año atípico y desafiante con un evento que reunió a cerca de un centenar de personas: Desafío Villavicencio 2020. La jornada comenzó muy temprano, casi con la salida del sol, y la propuesta fue correr 16 K, 12 K, 8 K o 6 K.

Se hace difícil expresar con simples palabras el estado de ánimo de lo que vivimos esa mañana de domingo, donde la alegría fue palpable y lo mejor de todo, compartida.

La profesora Verónica Del Pópolo lidera este grupo de valientes mujeres que son un claro ejemplo de garra, superación y amor. Bajo el lema “cambios que atraviesan la vida y fortalecen el alma”, corrimos esta carrera con la plena conciencia de haber atravesado un año de desafíos y muchos aprendizajes. La pandemia por el Covid -19 nos obligó a hacer cambios en nuestras vidas y en nuestras rutinas.

Mujeres que Corren. Una fuerza natural.

Hubo días en que no pudimos salir a correr como nos gusta, en libertad y en compañía de nuestras pares. Fueron días tristes y amargos pero que pusimos en valor más que nunca este concepto de salud integral del que siempre nos habla nuestra profe. “Somos promotores de la salud, el deporte genera bienestar físico, mental, emocional y social. Sin dudas que esto es la Educación Física. Y es agente de cambios muy profundos”, asegura Verónica Del Pópolo, la entrenadora.

Y tanto es así, que con su proyecto “Mujeres que Corren”, y tal vez sin sospecharlo, cambió la vida de muchas mujeres. Correr nos hizo fuertes, nos demostró lo que es “poder hacer”, nos enseñó a cuidarnos y los valores de la amistad, la empatía y el respeto.

Verónica Del Pópolo un día decidió cambiar su vida y así, cambió la de muchas mujeres. 

El desafío de ese domingo fue la manifestación de lo que es la salud, el bienestar y la plenitud como conceptos de vida. Somos un grupo privilegiado de mujeres que nos acompañamos, nos alentamos y hacemos de la amistad un templo, un refugio seguro.

«Diversidad y respeto: #MujeresqueCorren, las hay de todos los tamaños, edades, distancias y velocidades, ideas y creencias. Las hay solteras, casadas, separadas con hijos o sin ellos, madres solas y abuelas».

“Este año fue muy difícil, tuvimos que ir adaptándonos a las resoluciones y normativas del gobierno por la pandemia. Sin embargo, apenas empezamos a salir (con todos los cuidados) pudimos darnos cuenta que era nuestro espacio para transitar en alegría una cuarentena muy larga y dificultosa”, asegura Verónica.

Máxima adrenilina y alegría: el momento de entrar en calor.

El grupo ha adoptado el lema o hashtag -como se dice ahora- #CorrerDaFelicidad y aunque suene a frase hecha somos muchas las que podemos asegurar que realmente es así. Basta con ver los rostros de las protagonistas de este encuentro en donde dimos lo mejor de nosotros en un paisaje maravilloso,  junto a otras mujeres y nuestras familias.

«Las hay médicas, comerciantes, docentes, empresarias, artesanas, diseñadoras, amas de casa, cocineras, secretarias, periodistas, vendedoras, psicólogas, nutricionistas, economistas, kinesiólogas, peluqueras, arquitectas, farmacéuticas, contadoras, agrónomas, maquilladoras y apasionadas artistas»

“Correr da fortaleza física y espiritual”, dijo la profesora en medio de la arenga previa a la largada. Y no faltó el recuerdo y el homenaje a otras mujeres que fueron y son violentadas. El día anterior, habíamos amanecido -en Mendoza- con la trágica noticia de la aparición del cuerpo ultrajado de Florencia Romano. “Nos fortalecemos y demostramos que podemos”, cerró.

Espíritu de grupo. La premisa para afrontar cualquier terreno.

Lo dije en muchas oportunidades y sé que puede ser molesto para quien no comparte esta pasión. Pero correr me cambió la vida en el sentido más profundo y pleno del término. Me conectó de una manera única con mi cuerpo, amo cada respiro y cada latido de mi corazón cuando estoy en movimiento; me permitió conocer versiones de mí que permanecían anónimas; disfruto de la naturaleza, la admiro y la cuido; me maravillo con el viento en mi cara, el sol, el agua.

La familia de Mujeres que Corren acompaña y comparte durane las salidas especiales.

Tristezas, claro que las hay y las hubo. Muchas de nosotras pasamos momentos muy duros en la vida, perdimos seres amados, afrontamos los desafíos de criar hijos en soledad, sobrellevamos las dificultades económicas y en el trabajo, nos separamos. Pero, aún en la tristeza y en la desesperanza nos mueve la certeza de que el dolor compartido es menos doloroso.

La montaña invita al disfrute y la conexión.

El apoyo y la comprensión entre iguales nos alivianan el equipaje y sabemos que en medio de la ajetreada rutina diaria, llegará la hora de entrenar y con eso nos alcanza para que el día cambie de color.

«Nos acompañamos, nos alentamos y hacemos de la amistad un templo, un refugio seguro».

Sabemos que no estamos solas y que una red nos contiene para no caer o rendirse en la carrera, la carrera de la vida. “La carrera más importante es la de la vida. Armé este grupo pensando en eso, en prepararnos para correr esa carrera y ahí hacer la diferencia”, explica Verónica.

En cada paso, en cada respiración. Correr da felicidad.

Entonces, amigos, hablemos de calidad de vida. Les puedo contar de amistad, de alegría, de solidaridad, de salud, de disfrute, de naturaleza, de alimentación sana, de cuidados, de transformación.

Todo eso sucede en las calles y cerros de Mendoza, donde un grupo de mujeres hacen honor a la frase Correr Da Felicidad, y van por ella en cada trote y en cada respiración. Y se fortalecen y se acompañan, en fin, se hermanan y son felices. Y en el Desafío Villavicencio 2020 todas fuimos protagonistas y vivimos la magia de “correr”.

Alegría y amistad.

Vero Del Pópolo, una motivora constante del grupo, entrgó distinciones al mérito y a la revelación deportiva.

No importan los tiempos, sino la felicidad de correr.

Llegar a la meta, siempre.

 

Un espacio de mujeres que se comparte y disfruta con las familias.

La felicidad de superar desafíos.

Final de una carrera, el cansancio que más gusta.

Verónica acompaña a cada paso y celebra los logros.

Momento del estiramiento, muy esperado para la charla, las risas y los consejos.

El grupo entrena durante la semana en distintos horarios.

Para saber más sobre Mujeres Que Corren: @vero_running

 

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