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Onofre Arcos, primer Chief de Cave argentino en Chandon.
  • Trayectoria
  • 25 octubre, 2019

Onofre Arcos: “Chandon creó el gusto del espumante en Argentina”

Afirma convencido quien fue protagonista del escenario de la vitivinicultura argentina. Artífice de cambios y grandes logros, supo escuchar las demandas de cada época y medir el pulso de una industria que se desarrolló de manera exponencial. Luego de 45 años en Chandon Argentina, el tercer Chef de Cave en la historia de la bodega, deja paso a nuevas generaciones y asegura que se lleva los recuerdos de las personas que lo acompañaron y lo que aprendió: la pasión por la calidad.

Onofre Arcos (67) es sinómino de burbujas. El tercer Chef de Cave de Chandon Argentina desde que la bodega se instaló en el país en 1950. Pasó más de la mitad de su vida en la empresa. Tiempo y dedicación, que hoy la bodega reconoce al bautizar «la cava» con su nombre.

Onofre llegó a la firma en febrero de 1975, cuando el espumante era denominado «champagne» y lo consumían apenas algunos pocos y en situaciones casi de protocolo. Mucho cambió en la historia del vino argentino y en el mundo durante el último medio. Durante este tiempo Onofre recorrió Chandon y fue artícifice de una evolución constante de la categoría, no solo en su empresa sino en toda la industria.

Profesional indiscutido, Onofre tiene la cualidad de los grandes: la humildad. Porque más allá de los logros profesionales, el propio director de Chandon Argentina, Hervé Birnie-Scott, lo despide con profunda admiración y destacando de manera exluyente la condición que lo define a un ser humano: «una gran persona».

El Descorche Diario fue testigo privilegiado de esta despedida – homenaje y conversamos de manera exclusiva sobre su camino recorrido y los planes para el futuro.

-¿Qué significa Chandon Argentina en la vida de Onofre Arcos?

-Es parte de mi vida, más de la mitad de mis años he estado en Chandon. He visto a la bodega crecer y desarrollarse. Estuve desde el comienzo y ver lo que es hoy me llena de emoción. Estoy muy orgulloso de haber colaborado en su crecimiento y de pertenecer a esta gran empresa.

-¿Cómo era la empresa cuando llegaste en la década del 70? ¿Cómo eran los espumantes que se elaboraban en Argentina y en particular en Chandon?

-Era totalmente diferente. En esos momentos, las variedades que hoy utilizamos –como son el Chardonnay y el Pinot Noir-, casi no existían. Fue Chandon que a partir de los años 90, empezó a desarrollar estas dos cepas, ya sea cultivando viñedos propios de altura en el Valle de Uco e incentivando a los productores para que plantaran estas variedades. Ha sido muy grande la transformación del vino en Mendoza, desde los viñedos hasta la tecnología.

-¿Y qué características tenías esos espumantes de entonces?

-Eran muy diferentes. No tenían la evolución que hoy tienen, eran mucho más simples, sin la fineza que tienen en la actualidad. Eran espumantes de muy poca complejidad.

Onofre, en la finca de Agrelo, donde pasó buena parte de su vida.

-En estos años de cambios, ¿cómo has visto el comportamiento del consumidor argentino?

-El espumante es una de las bebidas que más evolucionó en los últimos tiempos. Argentina casi no consumía, salvo en muy pocas ocasiones. Fue Chandon el que creó el gusto del espumante en Argentina. Comenzó con su Chandon Extra Brut y ese fue el ícono. Antes, en vez de decir champagne, se decía Chandon.

«Antes, en vez de decir champagne, se decía Chandon».

-¿Qué te sucede cuando ves la moda que hay actualmente por el espumante? ¿Cuál es tu sensación frente a la diversificación y al posicionamiento que ha tenido la bebida?

-Es una sensación muy linda. Especialmente al saber que es un producto que se ha impuesto por nosotros. Que se haya desarrollado en todo el país y que se tome en cualquier momento y en cualquier ocasión. El espumante ya no es de un solo segmento, sino que lo elige la  juventud y gente mayor también. Para mí es una gran alegría.

-¿Cómo ves el futuro de esta bebida?

-Si bien estamos en un momento difícil por la coyuntura del país, creo que tenemos mucho futuro con el espumante. Ha progresado mucho su tecnificación y su calidad. Tengo fe que va a seguir creciendo.

-Ante tanta diversidad e innovación, que continuamente en el caso de Chandon está buscando nuevos productos y alternativas de consumo, ¿podemos afirmar que el mundo del espumante no tiene techo?

-No totalmente. Uno cree que ha llegado a un límite y no. Con Délice, hace algunos años, pensamos que ya habíamos innovado y sin embargo, no nos quedamos y nos adaptamos al gusto del consumidor. Nos ajustamos a la época, a la actualidad, a lo que busca la gente. Por eso salió Aperitiff (el último espumante que lanzó la bodega durante el 2019). Y seguimos trabajando para innovar y satisfacer al consumidor que es nuestra meta.

«Seguimos trabajando para innovar y satisfacer al consumidor».

-¿Qué te llevás de estos 45 años en Chandon?

-Me llevo muchos recuerdos, porque comencé en una empresa que también comenzaba. Lo que atesoro es la gente, mis maestros –tuve excelentes maestros-, mi equipo y sobre todo la mentalidad de Chandon, “que es la calidad y la pasión”. Y siempre hacer lo mejor.

-¿Tu maestro en Chandon?

Tuve varios, pero por sobre todo, Paul Caraguel. Él fue mi maestro y siempre lo tengo en mi recuerdo.

-¿Cuáles son tus planes a partir de ahora?

No tengo muchos planes. Recién estoy comenzando esta nueva etapa. No tengo nada muy definido aún, pero no está entre mis proyectos hacer vinos o espumantes, pienso que ya he hecho suficientes. Ahora los voy a disfrutar.

La cava en Bodegas Chandon, Mendoza. A partir de ahora, denominada «Onofre Arcos».

 

*Periodista de vinos. Director de El Descorche Diario.
Corrección y edición: Andrea Ábalos / El Descorche Diario.
Fotos: Federico García / Gentileza Chandon Argentina.