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Monte Kilimanjaro. El punto más alto de Africa con 5.895 metros.
  • Crónicas viajeras
  • 25 noviembre, 2019

Tanzania: el Kilimanjaro y la casa de Freddie Mercury

Un viaje profundo por el continente africano y su cultura. Un recorrido por la República de Tanzania y un viaje en ferry hacia la paradisíaca Zanzíbar, la isla donde nació el mítico líder de Queen. Las cuevas de corales y Stone Town, Patrimonio de la Humanidad.

Este viaje por África comenzó en Kenia. Tomé un bus en su capital, Nairobi y me dirigí hacia la vecina Tanzania. Llegué a la frontera donde tramité el visado y continué cinco horas hasta la ciudad de Moshi ubicada a poca distancia del monte Kilimanjaro, el más alto del continente africano con 5895 metros. Me alojé en el hostel Karibu que significa “bienvenido” en swahili, el idioma oficial.

El hostel y su organización solidaria

El hostel funciona en una casona que fue la residencia de verano de Julius Nyerere, primer presidente de la República Unida de Tanzania en 1962. El hostel es manejado por Born To Learn y sus ganancias están destinadas a la educación de los niños. Es una organización española y la mayoría de los voluntarios que residen allí son ibéricos. También se alojaba allí un eslovaco que había ido a escalar el Kilimanjaro junto a su esposa pero lo atacó el mal de altura y debió regresar a Moshi. Ella bajó días después feliz de haber hecho cumbre en la mítica montaña.

Samantha Peñalver, la socia principal de Born To Learn, me invitó a compartir una jornada en la escuelita de Newlands donde prestan voluntariado. Hicimos una caminata de veinte minutos desde el hostel a las afueras de Moshi. Allí negociamos un camión que nos llevó en su carlinga hasta una zona rural y luego diez minutos a pie para llegar al colegio situado en medio de la nada. La vista del Kilimanjaro era sensacional. Parecía un fotograma de la película Las nieves del Kilimanjaro basada en el libro homónimo de Ernest Hemingway, que leí antes del viaje.

Los niños nos recibieron felices. Les encanta que les saquen fotos y después verlas en la pantalla. Los voluntarios se repartieron las tareas del día y ocuparon las aulas para dar clase a los alumnos. En el colegio había un tanque que brindaba agua de pozo y venían las aldeanas de los alrededores a buscar el preciado líquido que cargaban en baldes y bidones. Para terminar el día de clases se proyectó en un aula improvisada como cine la película El Rey León. Los críos se divirtieron de lo lindo cuando llegó la parte de la canción Hakuna Matata que significa “sé feliz”, en swahili.

El camino del Kilimanjaro

Una de las voluntarias es Leire, una vasca de San Sebastián. Junto a ella tomamos una combi a las que llaman dalla-dalla para ir hasta el pueblo de Marangu que es la base para la ascensión del Kilimanjaro. Se la llama ruta Coca-Cola porque es la más popular de las cinco que existen para llegar a la cima. Fuimos hasta la cascada Ndoro que está ubicada en la falda del monte. Contratamos un guía quien por unos pocos chelines tanzanos nos llevó hasta la caída de agua.

Cascada Ndoro a 1400 metros en las faldas del  Kilimanjaro.

Atravesamos la selva donde había poblados de la tribu Chaggas que viven del cultivo del café. Nos frotamos la piel con hojas de citronella que, debido a su fuerte olor, actúa como repelente natural de mosquitos. Fuimos trepando por caminos empinados. A los 1400 metros llegamos a la cascada que desagota las aguas del deshielo del Kilimanjaro. Está en medio de la selva y forma una piletón.

Zanzíbar, tierra paradisíaca donde nació Freddie Mercury

Al otro día, partimos con Leire en bus hacia Dar Es Salam, antigua capital de Tanzania y de mayoría musulmana. Para tomar una cerveza hubo que ir a un hotel internacional ya que en la calle no venden alcohol. Temprano en la madrugada fuimos al puerto donde abordamos un ferry con destino a la paradisíaca Zanzíbar conocida como la isla de las especias y los esclavos.

Su ubicación estratégica frente a la India hizo de ella la puerta de entrada de Asia a África. En Las mil y una noches se hace una referencia a Zanzíbar cuyo nombre proviene del vocablo árabe zenji-bar (isla de negros).

Casa natal del cantante de “Queen”.

El ferry atracó en la ciudad principal, Stone Town, que es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000. Da la impresión de sumergirse en un mundo de fantasía al observar las aguas cristalinas que rodean la exótica arquitectura árabe y sus mezquitas mezcladas con pinceladas de colonialismo británico.

Stone Town es Patrimonio de la Humanidad desde el 2000.

Nos alojamos en el hostel Princess Salme que fue la casa de un comerciante omaní reformada. Todas las camas tienen telas mosquiteras. Una protección fundamental contra el ataque en picada de los anopheles.

Freddie Mercury nació en esta isla el 5 de setiembre de 1946. Vivió en Stone Town hasta los ocho años cuando sus padres huyeron a Inglaterra tras una revolución. Buscamos la casa natal de Farrokh Bulsara (su nombre original) y la encontramos a pocos metros del mar. No se abona entrada y se ve por fuera. Hay fotos que recuerdan al líder de Queen en distintas etapas de su vida.

Fotos de Freddie Mercury quien nació en Zanzíbar.

Para el islamismo la homosexualidad está mal vista y por ello su figura no es muy reconocida aquí. Para brindar por el cantante, nos instalamos en el restaurante Mercury´s ubicado sobre la línea de playa. Es el único lugar que rinde homenaje al genial vocalista y se pueden ver objetos y fotos de la banda que lideró hasta su muerte en 1991.

Al otro día dejamos Stone Town y partimos en otro dalla-dalla (combi) hacia el extremo norte de la isla. En Nungwi se encuentran las mejores playas de Zanzíbar. Cuando pisamos la costa un paraíso de arenas blancas y aguas turquesas apareció frente a nosotros.

Nativos Masai en las paradisíacas playas de Nungwi.

Las mareas son caprichosas. Hay que tener cuidado de no dejar la cosas muy cerca del agua porque en cualquier momento el mar crece y se las lleva.

Contratamos un chofer que nos llevó al tour de las especias para conocer las variedades que hay en la isla como nuez moscada (afrodisíaca para las mujeres), cilantro, menta, citronella, vainilla, cardamomo, jengibre y varias más. Uno de los guías se trepó a un cocotero con la facilidad de un simio y bajó un coco que perforó hábilmente con su cuchillo para beber su jugo. Al finalizar del recorrido degustamos algunas frutas tropicales.

Nuez moscada recién cosechada. Zanzíbar es “La isla de las Especias”.

Nos arrimamos a la cueva de coral de Mangapwani. Una formación de 1,6 millones de años que fue descubierta por un niño esclavo que merodeaba la zona. Descendimos a sus profundidades y nos dimos el gusto de nadar en una pileta de agua en medio de la cueva. El coral brillaba con el flash de la cámara de fotos

De regreso en Stone Town vimos el lugar donde se vendían los esclavos al mejor postor. Este infame comercio se abolió en 1873 gracias a la intervención del Dr. David Livingstone, un explorador escocés al que África en general le debe mucho por su labor humanitaria.

Cueva de coral de Mangapwani ubicada al centro de la isla.

Todo lo bueno llega a su fin y era hora de regresar a casa.


INFO PARA VIAJEROS

-Visado de ingreso: 50 dólares. Se tramita al llegar al aeropuerto de Dar es Salam o en fronteras terrestres.

-Ascensión al Monte Kilimanjaro: 1.800 dólares. Seis días de duración.

-Karibu Hostel en Moshi (ONG) 11 dólares pieza compartida y 13 una privada.

-Bungalow en Nungwi: habitación privada: 20 dólares.

-Tour de las Especias: 15 dólares.

-Recomendado: ver el atardecer en Stone Town desde el Restaurante Mercury´s junto a la playa comiendo una pizza de mariscos por 8 dólares.

-Para safaris y expediciones: www.moshimaasaiexperience.com

 

 

*Por Federico Chaine. Periodista especializado en viajes y turismo. Especial para El Descorche Diario.

Contacto: fedechaine@hotmail.com

Fotos: Fede Chaine.