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Alejandra Riofrío, enóloga de Bodega Navarro Correas.
  • Entrevistas
  • 27 enero, 2024

Alejandra Riofrío, la enóloga que afronta el desafío y la tradición de Navarro Correas en el Siglo XXI

Desde el 2018, Alejandra Riofrío, es la enóloga elegida para continuar el sueno que comenzó Don Juan de Dios Correas, quien tuvo una visión y plantó con gran ilusión las primeras vides allá por 1798, año en que se remonta la historia de esta bodega centenaria. Hoy, la joven «winemaker», conduce el destino enológico y los nuevos desafíos dentro de una industria cada vez más competitiva y exigente que se enfrenta a cambios y nuevos consumidores.

Bodega Navarro Correas cuenta con un largo camino y un sueño que en el siglo XIX continuó Don Edmundo Navarro Correas, descendiente directo de la familia Correas y que decidió producir vinos bajo su propio nombre con la idea de perfeccionar esta tradición vitivinícola y expandirla en el tiempo.

Otros desafíos son los que actualmente afronta Navarro Correas, una bodega moderna perteneciente al Grupo Peñaflor, ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo, pero que mantiene y respeta esa larga tradición y amor por la vitivinicultura.

Alejandra Riofrío, maipucina por adopción, estudió enología en la Facultad Don Bosco y desde muy joven se incorporó a la vida laboral, haciendo un largo recorrido y experiencia dentro de Peñaflor, donde pasó por diversas funciones desde el 2008.

En el 2018 tuvo su más importante desafío profesional: hacerse cargo de la Enología de Bodega Navarro Correas. Una mujer que demuestra carácter, pasión y que la contagia a los vinos de esta centenaria bodega y tradicional marca de la vitivinicultura argentina.

Alejandra Riofrío junto a Juan de Dios, el ícono de Navarro Correas.

-Estás al frente de una bodega referente del vino argentino, de mucha trayectoria como es Navarro Correas. ¿Cómo has llevado adelante este desafío luego de algunos años?

-La verdad que cuando me hicieron la propuesta de venir a Navarro Correas no lo podía creer. Una bodega de mucha trayectoria, con once generaciones por detrás en la elaboración y comercialización de sus uvas y vinos. Estoy muy contenta y feliz, además por la posibilidad de haberme podido permitir realizar algunos cambios en ciertos etilos de vinos y direccionamientos que fueron muy bien acompañados junto al equipo de Viticultura. Hemos trabajado en lo que se refiere a adelantar puntos de cosecha para obtener vinos más frutados y más frescos, con mejor expresión y más jugosos, qué es también hacia adónde apunta el mercado.

-Vinos más frescos y más fáciles de tomar, un trabajo que se ha ido haciendo también con Marketing, que juega fuerte para traernos cuáles son las tendencias y estudios de mercado que tanto nos sirven a nosotros.

-Las tendencias van cambiando y es de imaginar que los antiguos consumidores de Navarro Correas se habrán ido adaptando a los cambios… ¿Cómo es actualmente el consumidor de la bodega?

-Desde hace un par de años, nuestros nuevos consumidores están redescubriendo esta nueva línea de vinos, que anteriormente tenía un estilo americano muy marcado, donde nosotros fuimos haciendo un cambio en el mismo. Hoy estamos poniendo foco en el público más joven y que se está iniciando, que no solamente es ávido de consumir vinos sino también  espumantes, tanto solo como en coctelería, a través de las nuevas tendencias de disfrutar bebidas espirituosas con vinos y ahí nosotros jugamos fuerte con nuestros espumantes.

«Hoy estamos poniendo foco en el público más joven»-

-En este sentido la bodega tiene un importante arraigo en la categoría espumantes, donde Navarro Correas también es una marca registrada en el mercado argentino…

-Fuimos la cuarta bodega en desarrollar espumantes en Agentina de la mano de Pedro Rosell a quien recuerdo siempre con un cariño muy especial. En el año 1969 Navarro Correas comenzó las primeras producciones de espumantes y desde la década del 80 pisamos fuerte en el país. No solamente por la calidad sino también por el diseño ícono de la botella con su clásico serigrafiado, siendo una marca registrada con la cual el público nos diferenciar y reconocer rápidamente en la góndola.

-Navarro Correas es una bodega que apunta especialmente al mercado interno pero también están creciendo en otros países…

-Gran parte de nuestra producción se queda en Argentina, pero nuestro segundo consumidor es Perú. Cuando me toca hablar con el público peruano, ellos han podido apreciar el cambio de estilo de la bodega, incluso de los espumantes. Productos más frescos, con la acidez más marcada, pero siempre conservando la calidad y el estilo fundamental que es el hilo conductor de Navarro Correas.

«Nuestros nuevos consumidores están redescubriendo esta nueva línea de vinos».

-Ya tenés muchos años en la industria y has visto los cambios de estos últimos años. ¿Cómo aprecias el momento que vive hoy el vino argentino?

-La verdad que muy feliz. Hace 10 años atrás el foco estaba puesto en un par de variedades nada más y los estilos estaban mucho más acotados. Hoy se abrió el abanico y tenemos la fortuna de estar explorando nuevas zonas, nuevos valles y variedades. Creo que esto nos va a permitir abrir el mercado, no solamente local sino afuera, para hacernos conocidos y posicionarnos más allá de nuestro Malbec; que por más que sea nuestra variedad estrella y bandera, tenemos mucho más para ofrecer. Hoy se está viendo con vinos de estilos totalmente distintos y con nuevas variedades y zonas que van a poner a la Argentina en lo más alto.

-La mujer hoy ocupa un lugar protagónico en el vino argentino. ¿Cómo llevás este desafío profesional tan importante con el rol familiar y la maternidad?

-Gracias a Dios muy bien! Desde que fui mamá hace 7 años y medio, hemos podido coordinar muy bien y encontrar el justo balance entre la maternidad y el trabajo. Algo que no es sencillo pero que va ligado al compañero de vida que tengo, sin el cual no podría hacer nada de esto. Esto es un trabajo a la par y en conjunto. Las mujeres siempre nos creemos y tenemos la fuerza de hacer muchas cosas, pero sin el apoyo y el respaldo principal de mi marido -en mi caso-, no podría ser.

Ale Riofrío junto a Al Descorche Diario en la bodega de Agrelo.

-¿Qué es lo que se viene en Navarro Correas, están trabajando en varias novedades?

-De momento estoy trabajando muy fuerte con el próximo lanzamiento de espumantes en lata. Creemos que ahí hay un segmento muy importante para cubrir en el mercado y además, abrir aún más ocasiones de consumo. Esto nos permite llegar a más mercados y consumidores que hoy en día no podemos llegar con nuestro packaging en botella, pero sí a través de formatos menos tradicionales como la lata. También se viene algo nuevo con un estilo y un “flavor” en el cual estamos trabajando especialmente apuntado al público joven, que recién se inicia. Un espumante para disfrutar en cualquier ocasión, que de eso se trata.