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Monte San Salvatore junto al lago. Lo llaman el “Pan de Azúcar” suizo.
  • Crónicas viajeras
  • 17 junio, 2020

Suiza: Lugano, la capital del Cantón del Ticino

La ciudad suiza es la más grande y turística del Cantón del Ticino, una zona con marcada influencia italiana. Es la cuna de Don Bautista Gerónimo Gargantini, uno de los pioneros de la vitivinicultura argentina. Pequeña, ordenada y muy agradable para caminar, Lugano ofrece múltiples motivos para visitarla.

Mientras esperaba el tren en la Stazione Centrale de Milán para viajar a Lugano, Suiza, me quedé dormido y me robaron la cámara digital y un poco de efectivo que llevaba en la billetera.

Compré a las apuradas una cámara descartable de 36 fotos para el resto del viaje y partí rumbo al norte en el tren Cisalpino. La vía férrea pasa por Monza, donde se disputa el Gran Premio de Italia de Fórmula Uno. Poco más adelante bordea la ciudad de Como y su magnífico lago donde algunos famosos como Bono y George Clooney, entre otros, poseen casa de veraneo.

Vista del lago de Como y las montañas desde la ventanilla del tren.

Las vías transitan sobre el borde del lago y por momentos, desde la ventanilla del tren, uno parece flotar sobre las aguas. Una hora y cuarto más tarde llegué a la ciudad de Lugano, famosa por su belleza y su clima cálido con colinas verdes junto a las aguas del lago.

No es Zona Euro y tuve que comprar Francos Suizos que tienen mayor valor que la moneda común europea. Es la ciudad más grande y turística del Cantón del Ticino, una zona con marcada influencia italiana. Es pequeña, ordenada y muy agradable para caminar.

Plano de orientación.

Es la cuna de Don Bautista Gerónimo Gargantini, pionero de la vitivinicultura mendocina. Nació aquí en 1861 y ejerció labores en la construcción. Hacia 1883 cruzó el Atlántico con sus sueños de inmigrante en busca de fortuna. Desembarcó en el puerto de Buenos Aires y tras una breve estadía en la Capital se trasladó a Mendoza donde trabó amistad con Pascual Toso y Juan Giol con quienes se asoció para fundar bodegas en Guaymallén, Maipú y Rivadavia.

El crecimiento fue exponencial y obtuvo un gran éxito económico. Tras casi 15 años retornó a Lugano donde invirtió en negocios inmobiliarios construyendo mansiones y hasta una iglesia con vistas al lago. Luego de su muerte en 1937 fue enterrado en la localidad de Collina d´Oro a siete kilómetros de distancia.

Pionero vitivinícola. Bautista Gerónimo Gargantini nació y murió en Lugano.

Se puede ir en colectivo y el viaje demora unos 20 minutos. Desde la estación de tren fui siguiendo la inclinación natural descendente de las calles hasta que llegué al borde mismo del bello lago Lugano. Los montes color esmeralda reflejados en las aguas se ven preciosos.

El paseo costanero y el Parque Cívico Ciani son aprovechados por sus habitantes para salir a correr, caminar o sentarse a disfrutar el paisaje. Destaca por sobre los demás la silueta del monte San Salvatore al que le llaman el Pan de Azúcar suizo por su parecido con el tradicional cerro carioca. Es el emblema de Lugano y tiene 910 metros de altura.

Vista desde lo alto de la ciudad.

Se accede a su cima en un pintoresco funicular que demora 12 minutos. Se toma en la Vía delle Scuole a unas cuatro cuadras del lago en la zona residencial de Paradiso. La panorámica de 360 grados desde sus terrazas corta el aliento. Hay una pequeña iglesia que era lugar de peregrinación en el siglo XIII. Para deleitarse con una buena comida y vistas estupendas se puede ir al restaurante “Vetta” ubicado en la cima.

Es posible tomar el sol en algunas playas como la del Lido y hacer actividades acuáticas con distintas opciones para recorrer las frías y cristalinas aguas. Se puede rentar una canoa a remos o un bote a pedales en distintos embarcaderos emplazados a lo largo de la costanera.

Una paseo costanero bordea las aguas para recreación de sus habitantes.

Desde la terminal de ferry Lugano-Centrale parten las embarcaciones a motor más grandes y confortables si no se tienen ganas de ejercitar el cuerpo. Suiza es sinónimo de relojería fina de alto nivel. Para los amantes de estas máquinas de medir el tiempo se recomienda ir a la tradicional “Casa Bucherer”, una tienda donde se puede conseguir desde un cucú hasta los más finos relojes de pulsera.

Cabinas telefónicas en el centro de la ciudad.

Está ubicada en la Piazza Carlo Battaglini a pocos metros del lago. Este pequeño país es también conocido mundialmente por su chocolate. Dos de las tiendas más destacadas son Läderach y Vanini que está a pocos metros de la Piazza Riforma donde el surtido y el aroma te hace agua la boca pero atenta contra el bolsillo.

Los precios en Suiza, con respecto a Europa, son bastante elevados. Justo del otro lado de la bahía que forma la ciudad está el Monte Bré que también ofrece maravillosos avistajes y se accede en coche, a pie o en funicular. El casco antiguo se puede recorrer caminando aunque el terreno tiene muchas subidas y bajadas.

El edificio del Ayuntamiento en la Piazza Rifforma.

Las arterias principales son la vía Pelissa y la vía Nassa. En la Piazza Rifforma hay varios cafés y se encuentra el edificio del Ayuntamiento. La Catedral de San Lorenzo y su esbelta torre campanario está en una loma con vistas al lago. El nivel de vida de esta urbe es tan elevado como el de todo el país helvético y además combina perfectamente la cordialidad y el respeto con el carácter alegre de los italianos.

La catedral de San Lorenzo y panorama de Lugano.


INFO PARA VIAJEROS


-Tren de Milán a Lugano: 25 dólares.

-Funicular Monte San Salvatore: 30 dólares.

-Paseo en barco por el lago día completo: 50 dólares.

-Caja de bombones: 30 dólares.

-Café en Piazza Rifforma: 3,5 dólares.

-Funicular Monte Bré: 25 dólares.

Catedral de San Lorenzo: gratuita.


*Por Federico Chaine. Periodista especializado en viajes y turismo. Especial para El Descorche Diario. Contacto: fedechaine@hotmail.com