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El enólogo Gustavo Rearte y su Quimera Zonda 2014.
  • Lanzamientos
  • 12 diciembre, 2019

«Quimera Zonda», el vino de Achaval-Ferrer que fusiona arte y una añada especial

Bodega Achaval-Ferrer lanzó su exclusivo blend Quimera Zonda 2014. Un proyecto que nació a partir de cosechas extraordinarias, un juego y la búsqueda de expresar notas diferentes e identitarias. Su enólogo, Gustavo Rearte, nos cuenta sobre esta nueva aventura, la idea del arte en sus etiquetas y las perspectivas con la que se presenta el futuro de la empresa.

La bodega ubicada en Perdriel, en Luján de Cuyo, Mendoza, cumple años de vida desde que comenzó aquel sueño de cuatro amigos que quería hacer vino bajo la asesoría del italiano Roberto Cipresso. Actualmente la bodega pertenece al grupo ruso SPI, propiedad del multimillonario Yuri Shefler; pero esto no alteró mantener el mismo concepto de hacer vinos únicos y extraordinarios.

Enfocados en gran medida en el mercado externo y abriendo el juego al mercado local, Achaval-Ferrer continúa con espíritu innovador y acaba de lanzar una partida limitada de su vino Quimera Zonda 2014.

Un vino que no solo es extraordinario desde su génesis en el 2015 cuando el equipo enológico detectó las particularidades de la cosecha 2014; sino también por su fusión con el arte de Marcelo Von Der Heyde, quien plasmó su obra en la etiqueta.

El Descorche Diario estuvo en la bodega y compartió una charla con su enólogo, Gustavo Rearte.

-¿De qué se trata este nuevo lanzamiento de la bodega?

-Estamos presentando un vino que para nosotros es muy especial. Lo diseñamos en el 2015 luego de una increíble vendimia en el 2014 (una añada distinta, con menos sol y más humedad). Encontramos que los vinos daban en la nota; uno es Quimera (nuestro blend típico de Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Merlot) y el otro; Malbec Single Vineyard que proviene de los viñedos más viejos, plantados en 1910, en la finca Bellavista, en Perdriel, Luján de Cuyo.

Un vino de partida limitada que reafirma el espíritu de Achaval-Ferrer.

-En agosto de 2015, nos dimos cuenta del potencial de cada uno y decidimos jugar un poco, divertirnos y mezclamos un 70 % de Quimera con un 30 % de finca Bellavista. La idea fue romper la estructura y balance de Quimera y darle la tipicidad de los vinos de la zona de Perdriel. Tras su paso por madera, hoy, cinco años después, nos damos cuenta que este blend está en su momento justo para ser presentado.

-Y posee la particularidad de que eligieron una obra de arte para plasmarla en su etiqueta…

-En este vino, llamado Quimera Zonda, se planteó un concepto conocido a nivel mundial, que es que un artista plástico desarrolle una etiqueta. Luego de un proceso de selección, se eligió a Marcelo Von Der Heyde y su obra llamada Zonda. Para nosotros representa muy bien lo que quisimos expresar con este vino. Algo típico mendocino que mezcla sentimientos, mezcla calor y frío. Para nosotros eso es este vino: esa mezcla de varietales, de características y perfiles.

-¿Cuál es el concepto de los vinos de Achaval – Ferrer?

-Achaval-Ferrer es una empresa que este año cumple su 20 aniversario. Arrancó en 1998 con cuatro amigos que decidieron dedicarse al mundo del vino, con la pata enológica del italiano Roberto Cipresso. Encararon una idea de hacer vinos de viñedos únicos alrededor de Mendoza. Veinte años después, seguimos con ese concepto y perfeccionándonos.

Gustavo Rearte y Marcelo Von Der Heyde.

-Hemos recibido grandes reconocimientos internacionales y locales, y en la actualidad, lo que tratamos de hacer es continuar con ese legado. Y por supuesto, apostamos a subir la vara para mostrar el perfil de lo que hacemos y también de nuevas aventuras que ya desarrollamos.

-¿Cómo están los mercados? ¿Hacia dónde apunta Achaval-Ferrer?

-Para nosotros el mercado externo siempre fue lo fuerte; Estados Unidos, Brasil y Canadá han sido los principales aliados que ha tenido la empresa. Estos dos últimos años entendimos que el mercado interno era fundamental para nosotros y quisimos hacer un foco más cualitativo. Por fortuna hemos encontrado excelente recepción en lugares de Argentina donde la marca había perdido posicionamiento y que encontraron en los nuevos productos, de las últimas añadas, vinos con mucha expresión y carácter de la marca Achaval-Ferrer.

-En este contexto, ¿cuáles son las expectativas para la Argentina que se viene?

-La inclusión en un grupo multinacional, para nosotros, ha sido muy positiva. Sobre todo desde lo técnico, con la adquisición de nuevas maquinarias, con inversiones adentro de la empresa y ahora, con la compra de la bodega Melipal. Por tanto, las perspectivas son grandísimas, porque creemos que el grupo valora lo que hacemos en Sudamérica y están convencidos de que podemos ir aún más lejos. Estamos muy contentos y agradecidos del apoyo que recibimos desde Europa.

La etiqueta plasma la obra «Zonda», de Marcelo Von Der Heyde.

 

*Periodista. Director de El Descorche Diario.
Corrección y edición: Andrea Ábalos / El Descorche Diario.
Fotos: El Descorche Diario y Gentileza Achaval-Ferrer.