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Roberto González, referente indiscutido de las burbujas en Nieto Senetiner.
  • Entrevista
  • 22 marzo, 2021

Roberto González: “En Nieto Senetiner definimos un concepto típicamente argentino”

El reconocido enólogo y referente de la industria vitivinícola asegura que desde Nieto Senetiner definieron un concepto típicamente argentino que tiene que ver con el color, la permanencia de la fruta y la frescura de sus espumantes. En diálogo con El Descorche Diario, González nos cuenta su visión desde la bodega y el momento que atraviesa la categoría.

Roberto González es licenciado y magíster en Enología, reconocido experto en elaboración de espumantes, y quien desarrolló, hace casi tres décadas, la categoría de las burbujas en Nieto Senetiner. Desde aquel entonces, Roberto y su equipo decidieron darle un perfil diferente a los espumantes e innovar en el mercado argentino para darle estilo e identidad propia.

El aporte de Malbec junto al Pinot Noir es una característica particular de los espumantes de Nieto Senetiner. “Es el primer espumante argentino elaborado 100 % de uvas tintas y lo demuestra su clásico color asalmonado, su fineza en burbujas, su nivel aromático y las notas de frescura en boca. Sentimos que hemos definido al típico espumante argentino, que se ganó la confianza del consumidor y hoy es un referente”, afirma Roberto.

En diálogo exclusivo con El Descorche Diario, González habló de la actualidad de Nieto Senetiner, pero también sobre su visión general de la categoría de las burbujas.

-¿Cómo ves la actualidad del espumante argentino?

-En términos generales el consumo del espumante sigue estando muy estacional. Se consume mucho en el momento de las fiestas. El 2020 le pegó muy fuerte a aquellos que abarcan el segmento de la noche. En nuestro caso, consideramos al espumante no solo para acompañar a la gastronomía sino para compartir el momento de relax dentro de la casa. Apuntamos a la intimidad del hogar y la familia. Por lo tanto, si bien es cierto que el consumo no está floreciente como en el 2016 o 2017, sí se muestra una leve recuperación en nuestro caso. Pero este no es un valor general.

-¿Cuál es la clave para que la categoría pueda seguir creciendo?

-Trabajamos para seguir creciendo en los próximos años. La exportación es un segmento que puede ser interesante. Nosotros estamos comenzando a transitar algunas exportaciones y vemos que hay importadores que están mirando a la Argentina para algunos países exóticos, no solo China sino también otros de África por ejemplo. Lógicamente, porque es una muy buena alternativa a las propuestas de la más alta gama. Será un tema a relevar para los próximos años y ver cómo los argentinos nos reinstalamos en el mercado internacional del mundo de las burbujas

-¿Podemos decir que el espumante argentino tiene su propia historia?

-El espumante argentino ha tenido mucha proactividad. No solo las empresas de origen francés que se instalaron en el país, sino también las locales. Cuando miramos la historia, en 1912, antes de la denominación de origen controlada champagne nosotros ya producíamos espumantes. Tenemos una larga historia que no hemos sabido aprovechar. Es un deber pendiente que nos toca: la diversificación de Argentina como cartera de producto.

-¿Espumante o espumoso?

-Hay un tema en cómo definimos nuestro estilo y nuestro nombre. Hay muchos que han querido definirlo como espumante, lo que pasa es que está muy cercano al concepto italiano. Creo que nos debemos una denominación que nos identifique y tiene que ser un nombre corto.

-¿Qué te pareció la propuesta de denominarlo Guaymallén, por su origen en este departamento?

-Guaymallén quiso aprovecharse de la zona de origen del espumante. De ahí se ancla el proyecto que hace el municipio. La primera elaboradora sí estuvo en la zona y es interesante el estudio y el proyecto que se ha realizado; pero está lejos de la realidad, porque ahí ya no existen viñedos. Nos debemos un gran trabajo como industria para armar un proyecto consistente y con estrategias de comunicación adecuadas.

«Creo que nos debemos una denominación que nos identifique y tiene que ser un nombre corto».

-¿Qué lugar ocupa la categoría dentro de Nieto Senetiner?

-Nosotros somos una bodega importante en el mercado y para la empresa los espumantes son tan importantes como los vinos; es por eso que nos perfeccionamos permanentemente. Cuando nació el proyecto, las uvas eran de zonas próximas a la bodega y ahora nuestros vinos bases son todos de Alto Agrelo y Valle de Uco, pensando en la maximización de la frescura y de lo que nosotros interpretamos lo que deben ser nuestros espumantes en cuanto a su calidad.

-¿Cómo seleccionan los viñedos para los espumantes de Nieto Senetiner?

-Casi toda la línea Nieto Senetiner proviene del Valle de Uco. Buscamos terruños desde Agrelo en Luján de Cuyo hacia Tupungato en el Valle de Uco. En el caso de los espumantes Gran Cuvée buscamos más específicamente los viñedos para alcanzar los niveles de fruta que deseamos. Eso hace que nos especialicemos en la búsqueda del terroir de los espumantes y particularmente del Pinot Noir.

-¿Cómo definen su estilo?

-Nosotros buscamos frescura y la característica de lo frutal en cada creación. Ese es nuestro target de producto. Los públicos que toleran mejor la acidez se inclinan más hacia un producto Brut Nature. Mientras que el público femenino suele buscar más las notas del Extra Brut, donde el tenor ácido está enmascarado a través del azúcar.

-En nuestra línea Nieto Senetiner, tanto el Extra Brut como el Brut Nature tienen la misma composición varietal, Pinot Noir y Malbec. La única diferencia es el dosaje del licor de expedición. El Malbec contribuye a la gordura de la boca, mientras el Pinot Noir aporta frescura y acidez en el tiempo. En el caso del Gran Cuvée participa el Chardonnay para buscar más complejidad. El color en todos los casos es asalmonado, una característica de nuestros espumantes.

-¿Podemos decir que Nieto Senetiner buscó la identidad del espumante argentino?

-Nuestro criterio, a diferencia de España, Francia e Italia, es bucar que el espumante tenga los aromas de la uva de origen y no los aromas de la guarda, es decir, del contacto con la levadura. Nos dimos cuenta que definimos un concepto típicamente argentino que tiene que ver con el color, la permanencia de la fruta y la frescura.

«La clave de nuestro espumante es un estilo único muy amigable al paladar del consumidor argentino».

-Nuestra línea de espumantes fue creada en 1995. Hoy tiene varios años y a partir del 2000 se produjo una fuerte innovación. A partir de ahí le pusimos una impronta fuerte del estilo argentino. En Argentina hay dos conceptos de espumantes: los que nacieron por su casa matriz de Francia o los que surgieron de la industria del vino argentino y se transforman en productores de espumantes. En un comienzo, completaban un portfolio, pero ahora es una unidad de negocios importante.

-¿Como experto en la variedad Bonarda, no la has incorporado para la elaboración de espumantes?

-Hicimos algunas perlitas y realizamos un estudio comparativo entre Bonarda, Malbec, Syrah y Pinot Noir. Y nos sorprendió la Bonarda. En principio el Pinot Noir tenía la característica distintiva, pero con el tiempo la Bonarda se reveló como la segunda variedad y hasta por momentos mejor. Le prestamos mucha atención a la Bonarda y solemos hacer algunos ensayos. Pero no queríamos deslocalizar el negocio respecto de lo que queríamos hacer con la Bonarda. Pero siempre está en nuestros planes. Lo miramos para hacer un assemblage en las bases de espumantes, especialmente para el Gran Cuvée, como parte del corte.

-¿Cómo evalúas al consumidor de espumantes en la actualidad?

-Existe un consumidor muy clásico, anclado en una marca de prestigio, y que es muy difícil que salga de esa elección de marcas donde se siente seguro. Y hay otro público que quiere innovar y se atreve a buscar sin mucha fidelidad.

-Nosotros supimos capturar ese público que no se satisfacía con una gran marca, pero fuimos, cada vez más, encontrando una base de consumidores muy fieles. Cuando prueban nuestro producto se sienten atrapados por un estilo fresco, fácil de beber. Esa es la clave de nuestro espumante: un estilo único muy amigable al paladar del consumidor argentino.

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