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Viñedos en el Valle de Colchagua.
  • Informe Especial
  • 30 abril, 2025

Vendimia 2025: Chile apuesta a la calidad frente a una cosecha con menos volumen

La temporada de cosecha 2025 en Chile estuvo marcada por condiciones climáticas desafiantes, menores rendimientos y una notable calidad enológica. Desde Vallenar hasta Pucón, los enólogos destacan vinos con frescura, buena acidez y gran potencial de guarda, a pesar de un año exigente para el viñedo.

La vendimia 2025 en Chile ha sido intensa y particular. Así lo confirma el informe elaborado por la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos (ANIAE), que recogió las impresiones y datos técnicos de profesionales en todo el territorio vitivinícola. El resultado es una radiografía precisa de una temporada compleja pero promisoria, con una constante: bajos rendimientos, pero una excelente calidad de uva.

Zona Norte: madurez lenta y expresión varietal

Desde Vallenar hasta San Pedro de Atacama, las condiciones climáticas favorecieron una vendimia positiva. El clima seco, pero con suficiente frío invernal y temperaturas moderadas, permitió una cosecha sin intervenciones como deshojes o regulación de carga, lo que aumentó la producción. En Elqui, las lluvias otoñales y un invierno frío impulsaron una brotación pareja y racimos de calidad. En San Pedro de Atacama, el equilibrio entre días cálidos y noches frías propició una maduración lenta, ideal para obtener vinos de buena estructura. En Limarí, aunque la cosecha se adelantó por un febrero caluroso, se logró fruta de muy buena calidad.

Casablanca: menos volumen, pero vinos frescos y expresivos

En el valle de Casablanca, una primavera fría y una madurez marcada por días nubosos redujeron los rendimientos, especialmente en variedades como Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir. Sin embargo, la calidad sanitaria fue excelente. La acidez natural y la concentración de los vinos auguran etiquetas con frescura, expresión frutal y gran perfil aromático.

Aconcagua: adaptación frente al cambio climático

La resiliencia del valle de Aconcagua quedó de manifiesto esta temporada. Con más lluvias que en la última década y ausencia de heladas primaverales, las vides se desarrollaron de forma favorable. La vendimia se adelantó en zonas costeras, mientras que en otras partes del valle se aplicaron nuevas estrategias de manejo y cosecha, demostrando la capacidad de adaptación del sector.

Maipo: vinos potentes, con gran potencial de guarda

Las altas temperaturas de febrero adelantaron la cosecha entre una y tres semanas, dependiendo de la zona. El resultado: vinos con alcohol entre 13° y 14°, taninos abundantes pero pulidos, y buena acidez. A pesar de una merma general de entre 10 % y 30 % en los rendimientos, algunas zonas de Maipo Alto lograron superar la producción del año pasado. Los enólogos proyectan grandes vinos de guarda, tanto en barrica como en botella.

Cachapoal: vendimias breves y fruta de calidad superior

La primavera fría afectó la cuaja, generando racimos sueltos y menor rendimiento (15% menos en tintas, 30% en blancas). Aunque se anticipaba una cosecha temprana, la madurez se estabilizó y las fechas se mantuvieron en línea con temporadas anteriores. Las uvas presentaron gran concentración, excelente color y madurez fenólica, junto con buena acidez y pH bajos: condiciones ideales para vinos con carácter.

Colchagua: planificación precisa y vinos con personalidad

La sanidad fue óptima, con solo algunos focos de oídio que se controlaron rápidamente. La madurez fue más rápida en blancas (adelantadas dos semanas), mientras que las tintas evolucionaron gradualmente, permitiendo una cosecha más controlada. Se estima un rendimiento 25 % inferior, pero los vinos muestran mejor concentración, expresión frutal y color.

Curicó: un año atípico, pero prometedor

Aunque algunos viñedos tuvieron caídas de hasta el 30 % en el rendimiento, en zonas como Huerta de Maule, los Carignan superaron las expectativas. Los blancos se caracterizan por una rica acidez y menor grado alcohólico, priorizando frescura sobre volumen. Las tintas maduraron precozmente, con taninos reactivos y vinos que prometen buena evolución.

Maule: frutos de calidad frente a múltiples desafíos

El calor extremo y la baja humedad provocaron una vendimia adelantada, con rendimientos menores y racimos más livianos. Se detectó presión de plagas como la Lobesia Botrana y enfermedades como el oídio, pero la calidad de la uva se mantuvo: acidez natural, notas frutales marcadas y una promesa de vinos frescos y vivos.

Zona Sur: menos uva, misma calidad

Al igual que otras regiones, la primavera fría afectó la cuaja, reduciendo la producción. El verano caluroso aceleró la maduración, resultando en cosechas intensas y bajas de hasta el 30 %. A pesar de la presión de plagas, la calidad se mantuvo intacta, gracias al manejo sanitario oportuno.

Zona Austral: el futuro del vino chileno

En los extremos del sur, como Chile Chico, Malleco y Pucón, la vitivinicultura enfrenta enormes retos. Heladas tardías, oídio, insectos y estrés térmico redujeron la producción, pero también pusieron a prueba el potencial de una zona que, aunque emergente, comienza a destacar por vinos únicos y de gran proyección.

Balance general: una vendimia exigente, pero prometedora

La vendimia 2025 en Chile confirma un fenómeno cada vez más habitual: menos cantidad, más calidad. El cambio climático impone desafíos constantes, pero también empuja a una viticultura más precisa, resiliente e innovadora. Los enólogos coinciden: aunque el año fue complejo, los vinos que saldrán al mercado hablarán por sí solos.

“Tuvimos que tomar decisiones muy finas en cada viñedo. A pesar de las mermas, los vinos que están naciendo son muy expresivos, con un equilibrio natural que emociona. Es una de esas cosechas donde el carácter se impone sobre el volumen”, concluye el informe de ANIAE.