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El Campo de Polo es conocido como “La Catedral”
  • Crónicas viajeras
  • 1 diciembre, 2020

Abierto de Palermo, disfrutar el mejor polo del mundo

Argentina se destaca a nivel internacional en los más diversos deportes pero donde sobresale de manera indiscutida y plenamente contrastada es en el polo. Lo viví muy de cerca mientras investigaba para mi libro “Los Heguy. Pura Sangre de Polo”. Los tres torneos más importantes del planeta se disputan entre setiembre y diciembre y en su conjunto son llamados la “Triple Corona”.

Comienza con el Abierto de Tortugas celebrado en el Country Club del mismo nombre que fue la primera urbanización de este tipo en América Latina, inaugurada en 1930. Continúa con el Abierto de Hurlingham en las instalaciones del coqueto y señorial Hurlingham Club fundado en 1888 en las afueras de Buenos Aires.

La frutilla del postre llega en diciembre con el Campeonato Abierto Argentino de Polo en el predio del Campo Argentino de Polo en el barrio de Palermo, conocido como “La Catedral”. Se disputa desde 1893 y la final que enfrenta a los mejores del año es el equivalente a una Copa Mundial de Fútbol.

Rotonda de ingreso al Campo de Polo de Palermo sobre Avenida Libertador.

Es un duelo que hay que disfrutar personalmente al menos una vez en la vida, aunque no se tenga mucha noción acerca de este noble deporte del taco y los caballos. Más que un partido es una actividad extrasensorial por el entorno, la historia, el glamour, las bellas mujeres, los más excelsos polistas del orbe y los mejores montados que se pueden ver dentro de una cancha de polo en todo el mundo.

El polo es el deporte donde Argentina se destaca mundialmente con mucha diferencia sobre el resto.

Este trascendental encuentro llama la atención de los fanáticos de Estados Unidos, Europa, Australia y de los países árabes donde aman los caballos. Es habitual cruzarse en el predio con hombres vestidos de túnica y turbante durante el campeonato. Las cadenas internacionales de TV y los medios de prensa más importantes envían sus corresponsales a cubrir este acontecimiento único que comienza con la salida de los equipos a la cancha acompañados por los redobles de la Banda del Colegio Militar de la Nación que ejecuta marchas y canciones típicas.

Conversando con Alberto Pedro Heguy, patriarca de la familia más famosa del polo.

El juego

Una vez formados los equipos y los árbitros (hay dos dentro de la cancha a caballo y un tercero que controla desde afuera) se entonan los compases del Himno Nacional Argentino y acto seguido comienza a rodar la bocha blanca. El polo se abraza a la mitología representado por el Centauro, mitad hombre, mitad caballo. Es la simbiosis conjunta de jinete y bestia que componen una unidad indivisible de esfuerzo, habilidad y coraje.

Horacio Segundo Heguy, el cerebro del mítico equipo de Chapaleufú Uno.

Los historiadores sostienen que el juego se inició en el Siglo Uno en Persia, actual Irán. Era utilizado como complemento en la enseñanza militar de los jóvenes guerreros. El nombre fue tomado de la raíz tibetana «pulu» o “pullu” como llamaban al sauce, la materia prima de las bochas.

Llegó a la Argentina por medio de los ingleses hacia 1875. La bondad del suelo llano y fértil, la habilidad natural del hombre criollo mezclado con la sangre europea (especialmente vasca e irlandesa) y la cría y doma cada vez más especializada de los petisos de polo, hicieron que este deporte arraigara como nunca en el país hasta alcanzar el nivel de excelencia actual.

La Cancha Central de Palermo con vista al minarete de la Mezquita del Rey Fahd y la tribuna Dorrego, la “popular” del polo.

Se pueden obtener entradas para observar los partidos en Cancha Dos y en la Cancha Central desde la Tribuna C donde se ubican los espectadores más puristas o en Tribuna Dorrego, más económica, cuyos laterales son los clásicos asientos de tablón como en el fútbol y donde se suelen reunir los hinchas más ruidosos agitando banderas de su club al son de canciones tribuneras.

El equipo que logre alzar al cielo la plateada copa tendrá un lugar asegurado en el Olimpo del polo, un deporte que pasa de generación en generación con apellidos ilustres como Menditeguy, Duggan, Cavanagh, Alberdi, Harriott, Heguy, Pieres, Novillo Astrada y Adolfo Cambiaso, considerado como el mejor de todos los tiempos, cuyos hijos ya están taqueando por las canchas para continuar la tradición.

Con Adolfo Cambiaso, considerado el mejor jugador de la historia. En su mano, un ejemplar de mi libro de los Heguy.

Una vez terminados los partidos se puede disfrutar paseando por el predio donde hay stands para adquirir implementos de polo, ropa, restaurantes con variados menús y la posibilidad de encontrase cara a cara con los jugadores quienes se mezclan con la gente sin ningún inconveniente para sacarse una foto o firmar autógrafos.

Club House del Hurlingham Club, el segundo torneo más importante del polo.

Si se llega temprano es posible acercarse a los palenques y ver el calentamiento de los players y el trabajo oculto pero fundamental de los petiseros, esos esforzados hombres de campo que conviven día a día con los caballos y los conocen a la perfección, tanto como para aconsejar a sus patrones sobre cual puede disputar mejor ciertos chukkers del partido.

Tablero de la Cancha Uno de Hurlingham Club, fundado en 1888.

Es que ganar el Abierto y hacerlo jugando un petiso criado por el mismo polista es lo máximo. El after polo se completa con bandas que tocan en vivo hasta el anochecer para culminar una perfecta jornada de ocio y deporte en el corazón de Buenos Aires. 


INFO PARA VIAJEROS


Final del 127 Abierto: sábado 19 de diciembre.

Entradas: www.aapolo.com

Trasporte al Campo de Polo:

-El colectivo 130 para en la puerta de ingreso por Libertador.

-Desde Retiro el tren de la Línea Mitre para en la estación 3 de Febrero sobre calle Dorrego en el ingreso de esa tribuna.

-Subte de la Línea D. Estación Palermo en Av. Santa Fe y Bullrich. Desde allí hay que caminar unas cuadras.

*Por Federico Chaine. Periodista especializado en viajes y turismo. Especial para El Descorche Diario. Contacto: fedechaine@hotmail.com

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